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El cuerpo nunca miente - Alice Miller

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nuevo al tema que me ocupaba: ¿cómo debe de sentirse una niña<br />

que sufre abusos sexuales cuando, por ejemplo, su madre casi no<br />

la toca, porque la rechaza y, debido a su propia infancia, se impide<br />

a sí misma cualquier efusividad? Después esa niña estará tan<br />

sedienta de caricias que aceptará cada contacto corporal con gratitud,<br />

casi como la realización de un deseo apremiante. Pero de alguna<br />

manera se sentirá dolida cuando su padre, en el fondo, abuse<br />

de su verdadero ser, de su anhelo de comunicación auténtica y<br />

de contacto afectivo, cuando su <strong>cuerpo</strong> sea sólo utilizado con el fin<br />

de que el adulto se masturbe o confirme su propio poder.<br />

Podría ser que esta niña reprimiera profundamente sentimientos<br />

como la decepción, la tristeza y la ira por haberse sentido<br />

traicionada, por la promesa incumplida, y que siguiera abrazando<br />

a su padre porque no pudiera perder la esperanza de que éste<br />

cumpliera algún día la promesa de los primeros contactos, de que<br />

le devolviera la dignidad y le enseñara lo que es el amor. Pues, de<br />

lo contrario, no habría nadie más a su alrededor que le hubiese<br />

prometido amor. Pero esta esperanza puede ser destructiva.<br />

Podría ocurrir que esta chica sufriera de adulta una compulsión<br />

a la automutilación y tuviera que buscar terapias, y que<br />

cuando se hiciera daño experimentara una especie de placer. Poco<br />

más podría sentir, porque los abusos del padre la habrían llevado<br />

prácticamente a aniquilar sus propios sentimientos y éstos ya no<br />

estarían disponibles. O podría ser que esta mujer tuviera un<br />

eccema genital, como el que describe Kristina Meyer, la autora del<br />

libro Das doppelte Geheimnis [Doble misterio]. Se sometió a<br />

tratamiento con todo un abanico de síntomas que indicaban de<br />

modo inequívoco que de pequeña había sufrido abusos sexuales a<br />

manos de su padre. Su psicoanalista no tuvo esa sospecha de inmediato,<br />

pero según mi leal saber y entender, acompañó a<br />

Kristina hasta que ésta pudo rescatar de la más absoluta represión<br />

su historia de las crueles y brutales violaciones llevadas a cabo por

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