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La comunicación auténtica se basa en hechos, facilita la transmisión<br />
de los sentimientos e ideas propios; en cambio, una comunicación<br />
confusa se basa en la tergiversación de los hechos y en la<br />
acusación a otros de las emociones indeseadas que uno tiene,<br />
emociones que, en el fondo, van dirigidas hacia los padres. La<br />
pedagogía venenosa sólo conoce esta forma de trato manipulador.<br />
Hasta hace poco tiempo estaba generalizada, pero también hay<br />
excepciones, como el ejemplo del que hablaré a continuación.<br />
Mary, de siete años, se negaba a ir a la escuela porque la profesora<br />
le había pegado. Su madre, Flora, estaba desesperada, no<br />
podía llevar a la niña a la fuerza. Además, ella <strong>nunca</strong> había pegado<br />
a su hija. Fue a ver a la profesora, le expuso los hechos y le pidió<br />
que se disculpara con la niña. La profesora reaccionó indignada:<br />
«¿Adónde iríamos a parar si los profesores tuviéramos que pedir<br />
disculpas a los niños?». Creía que Mary merecía la bofetada por<br />
no haberla escuchado mientras le hablaba. Flora le dijo con tranquilidad:<br />
«Si un niño no la escucha, tal vez sea porque le da miedo<br />
su voz o la expresión de su cara. Y pegándole, lo único que conseguirá<br />
es que tenga aún más miedo. En lugar de pegarles habría<br />
que hablar con los niños y ganarse su confianza para que la<br />
tensión y el miedo desapareciesen».<br />
De pronto a la profesora se le humedecieron los ojos, se hundió<br />
en su silla y susurró: «De pequeña no conocí otra cosa que las<br />
palizas, nadie hablaba conmigo; todavía oigo a mi madre gritándome:<br />
“Nunca me escuchas, ¿qué voy a hacer contigo?”».<br />
Flora quedó desconcertada; había ido con la intención de decirle<br />
a la profesora que desde hacía mucho tiempo estaba prohibido<br />
pegar en las escuelas y que la iba a denunciar. Sin embargo,<br />
se hallaba ante una persona auténtica con la que podía hablar. Al<br />
fin, las dos mujeres pensaron juntas lo que podía hacerse para<br />
que la pequeña Mary recuperara la confianza. Ahora fue la profesora<br />
la que se ofreció a disculparse con la niña, cosa que hizo. Le