16.08.2018 Views

El cuerpo nunca miente - Alice Miller

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

106/176<br />

prostituta y, aparte de masturbarse de forma incestuosa con el<br />

<strong>cuerpo</strong> de su hijo, como supone el perito, utilizó también al chico<br />

para que hiciera de vigilante en sus relaciones sexuales con su clientela.<br />

<strong>El</strong> niño tenía que quedarse en la puerta y avisar en caso de<br />

peligro (posiblemente de la llegada del furioso padre). Patrice explicó<br />

que no siempre tuvo que ver lo que sucedía en la habitación<br />

de al lado, pero que no podía evitar oír y sufrió lo indecible con los<br />

constantes gemidos y quejidos de su madre, a la que ya de<br />

pequeño había visto con pánico practicando el sexo oral.<br />

Es posible que muchos niños consigan sobrevivir a semejante<br />

destino sin convertirse más tarde en criminales. Los niños suelen<br />

tener un potencial inagotable: puede que luego se hagan famosos,<br />

como Edgar Allan Poe, por ejemplo, al que la bebida acabó<br />

matando, o como Guy de Maupassant, que presuntamente «transformó»<br />

su trágica y confusa infancia en trescientas historias, pero<br />

que, como le ocurriera a su hermano pequeño antes que a él, no<br />

pudo evitar volverse psicótico y murió en una clínica a los cuarenta<br />

y dos años.<br />

Patrice Alégre no tuvo la suerte de encontrar una sola persona<br />

que lo salvara de su infierno y le posibilitara ver los crímenes de<br />

sus padres como tales. Por eso creyó que su entorno era el mundo<br />

en sí, e hizo de todo para afirmarse en él y eludir la omnipotencia<br />

de sus padres mediante robos, drogas y actos violentos. Dijo en el<br />

juicio, se supone que ciñéndose a la verdad, que cuando violaba<br />

no sentía necesidades sexuales, sino sólo la necesidad de omnipotencia.<br />

Es de esperar que estas declaraciones informaran a la justicia<br />

de aquello con lo que se enfrentaba. Pues hace casi treinta<br />

años un tribunal alemán decidió dejar que castraran al asesino infantil<br />

Jürgen Bartsch, interiormente aniquilado por su madre, con<br />

la esperanza de impedirle exteriorizar mediante una operación<br />

quirúrgica su, al parecer, demasiado agudizado instinto sexual

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!