Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
82/176<br />
ayuda a refrenar su impetuosa ira y le permite experimentar sentimientos<br />
agradables.<br />
En nuestra conversación, Andreas me contó accidentalmente<br />
que no lograba acostumbrar a sus padres a que le avisaran por<br />
teléfono de sus intenciones antes de visitarlo. Yo le pregunté si<br />
había expresado sus deseos, y él me respondió con viveza que se<br />
lo decía cada vez, pero que hacían caso omiso. Los padres consideraban<br />
que tenían derecho a pasar por su casa porque la casa era<br />
de ellos. Yo, sorprendida, le pregunté que por qué decían que era<br />
de ellos. Entonces me enteré de que, en realidad, Andreas pagaba<br />
un alquiler por vivir en una casa propiedad de sus padres. Le pregunté<br />
si no habría en el mundo entero alguna casa que pudiera<br />
alquilar por el mismo precio, o un poco más alto, para que no dependiera<br />
de sus padres, para evitar que lo sorprendieran a cada<br />
momento y pudieran disponer de su tiempo. Entonces, con los<br />
ojos muy abiertos, me dijo que hasta ahora <strong>nunca</strong> se había<br />
planteado esta cuestión.<br />
Quizás esto resulte asombroso, pero no lo es si uno sabe que<br />
este hombre permanece inmovilizado en la situación infantil, en<br />
la que debió someterse a la autoridad, la voluntad y el poder de<br />
sus absorbentes padres sin poder ver ninguna salida, con el miedo<br />
a que lo apartaran de sí. Este miedo le acompaña aún hoy y, por<br />
mucho que se esfuerce por seguir los regímenes, come tanto como<br />
antes; porque su necesidad de «alimentarse» correctamente, es<br />
decir, de no depender de los padres y preocuparse de su propio<br />
bienestar, es tan fuerte que sólo hay una manera adecuada de satisfacerla,<br />
y no es comiendo demasiado. La comida <strong>nunca</strong> podrá<br />
satisfacer esta necesidad de libertad, y la libertad de comer y beber<br />
tanto como uno quiera no puede matar el hambre de autodeterminación,<br />
no puede sustituir a la auténtica libertad.<br />
Antes de despedirse de mí, Andreas me dijo con decisión que<br />
ese mismo día pondría un anuncio para buscar casa, y que no le