Decargar libro - Manuel Requena

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seré pueblo, Israel nuevo, pero ya de tu vida, y de la mía. Entonces seré cuerpo de
la esposa que tu Padre te tiene preparada como pueblo de gentes.... infinito, como
Tú, y hecho a tu medida.
Por eso te costó la plenitud de sangre que entregaste, para que fuera tuya la
humanidad, entera y siempre tuya. Ahora puedes abrirla como un libro sellado,
porque es tuya. Tu la conoces, y ella te ha mirado, te ha reconocido, y aunque vive
todavía entretenida con el cuidado de su acicalamiento, y del jardín, que el Padre y
tú le disteis como lecho, el universo entero, ya ha levantado su cabeza, que eres Tú
mismo, en carne siempreviva, y ha visto al Verbo, a su esposo infinito, al que ha de
abrirle las entrañas para que engendre allí la nueva creatura: La Ciudad Santa. La
creatura que es casa y persona a la vez, lecho y esposa, cuerpo y vestido, todo en
uno contigo, como Tú eres uno con el Padre.
Si supiera darte gracias, te las daría por tu Don, que me ha hecho:
Como vaso vacío que se llena de vino, y de ser hueco, pasa a tener en sí, esa obra
de arte del hombre y de la tierra.
Como mujer que concibe en su vientre, el fruto delicado de su amor.
Como tierra fecunda, que sembrada a su tiempo, devuelve al sembrador el fruto de
los sueños que sembró.
Como el discípulo que siguió a su maestro una tarde, se prendió en la esencia de
su vida, y se quedó con él.
Si supiera dar gracias……., no te dejaría ir hasta que me quitaras la timidez de
hablarte, la estupidez que me ha pegado el mundo y no me deja abrir de par en par
el corazón, ni hacia ti, ni hacia los hermanos.
3.- UNA ORACION DE LA IGLESIA
(Oración de laudes de la tercera semana del diurnal)
SEÑOR, INFUNDE EN NUESTRAS ALMAS LA CLARIDAD DE TU LUZ, Y PUES
CON TU SABIDURIA NOS HAS CREADO, Y CON TU PROVIDENCIA NOS
GOBIERNAS, HAZ QUE NUESTRO VIVIR Y NUESTRO OBRAR ESTÉN DEL
TODO CONSAGRADOS A TI. POR NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
Hoy he sentido-comprendido lo que te pide la Iglesia en esta oración.
Cada día eres el mismo y distinto, antiguo y nuevo. Hoy la oración de tu Iglesia me
ha dejado saciado de presencia, y me ha en-tusiasmado, me ha in-fundido en el
alma, me ha fundido por dentro, empapando esa esponja interior que llamamos
corazón de hombre, y me ha hecho una sola cosa con esa realidad que llamamos
claridad de tu luz. Es como un estado de conciencia que se vive con alguien que
está presente en ella, en la conciencia.
Hoy he sentido lo que quiere decir que nos has creado en tu sabiduría: que nos has
hecho en ese material de saborear los sabores que saben a Ti. Ese es el barro
primero en el que modelaste al último Adán, con el sentido de tu nombre, como