Decargar libro - Manuel Requena

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La manifestación de la Vida que estaba en el seno del Padre, su aparición en carne
y en forma personal, y la transmisibilidad de aquella misma formidable
experiencia, que quedaba como poso de luz en la memoria del Apóstol, por el
anuncio del Evangelio, es un sentido de la Primera Carta de S. Juan y del Prólogo,
que lo hace lectura privilegiada para el tiempo litúrgico de la Navidad. La 'alegría
inmensa' que los ángeles anunciaron a los pastores en el Evangelio de S. Lucas, es
el mismo sentido que Juan le da a su escrito: 'Os escribo esto, para que vuestra
alegría sea en la plenitud', o ''llegue a la plenitud''
Poder oír, ver, contemplar y acariciar el entorno de la Palabra de Vida, a través de
la predicación escrita de la 'carta', es tener actualizada la experiencia de los
Apóstoles, y con tal fuerza, que produce 'comunión' con la Iglesia, 'con el Padre y
el Hijo', y naturalmente en el Espíritu, aunque no lo diga, porque es en el Espíritu
en el que se manifiesta 'la vida oculta' en Dios que descubre la carta, y es en el
mismo Espíritu, en el que se escribe la carta.
La experiencia del texto, casi como una caricia del tacto, comienza así:
LO QUE ERA DESDE EL PRINCIPIO, LO QUE OÍMOS, LO QUE VIERON
NUESTROS OJOS,
(1,1 ¯O h n aµp· aµrxh^j, o¥ aµkhko@amen, o¥ e´wra@kamen toišj oµfqalmoišj h´mw›n,)
La primera letra que nos encontramos, es un pronombre relativo, aunque más
parece, por todo el contexto posterior, que tiene el uso de un pronombre personal.
Quiero decir, la traducción de ¯O h n aµp· aµrxh^j, por 'lo que era desde el principio',
no sería del todo correcta, pues no expresa bien, la 'relación' que intenta establecer
Juan entre el que lee y la persona de la que se está hablando, que es Jesús de
Nazaret, la 'Palabra de vida'.
A la vista de los verbos en acción que después se le aplican a ese neutro ‘’lo que’’,
quizás sería mas correcto traducir 'El que era desde el principio'. Así lo propongo
para este comentario, que por ser de oración, se dirige al conocimiento de una
Persona.
Es así, porque el 'Arjes', con el sentido personal que ya hemos visto en el Prólogo
del Evangelio, y al que se refiere la carta, es el primer tecnicismo con sentido
específico en la Carta. El Prólogo del Evangelio, usa el mismo lenguaje críptico: 'En
arje en o Logos'. Y aquí usa los mismos fonemas en orden diferente, pero con el
mismo sentido: Principio, ser o existir, y ALGUIEN, que da sentido a esa
correlación ('Arke', 'en', 'ó'). En el Evangelio se le añade 'Logos', que aquí en la
carta se sustituye por simplemente 'lo que', o mejor 'El que'.
Ser desde el principio, o ser en el principio, o simplemente ser “el Principio”, como
escribirá S. Pablo a los Colosenses, traduciendo un himno antiguo (Col. 1,18), es
una expresión que se aplica al 'ser resucitado y Señorial' de Jesús de Nazaret en su
estado actual