Decargar libro - Manuel Requena

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en la de la Carta, que lleva por tanto a la misma experiencia: Dios es Amor, y la
única forma de conocerlo es amando. 'Todo el que ama ha nacido de Dios y conoce
a Dios, Quien no ama no conoce a Dios, PORQUE DIOS ES AMOR.....''(1Jn, 3,7.8)
Lo mismo que los ojos ven la luz, y el oído oye los sonidos y la manos pueden
acariciar la carne, así el núcleo del alma en su nueva esencia, en su ‘pleroma’ que
llamamos corazón en plenitud, puede 'conocer' a Dios, haciéndose semejante a El,
amando como El. Siendo uno con El y los hermanos. Es la tesis de la oración
sacerdotal de Jesús:”manifiestate a ellos, para que sean uno como nosotros somos uno”
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-.VI.-
COMENTARIOS DE ORACION AL PADRE NUESTRO.-
La oración que enseñó Jesús a los suyos, es el corazón y la mente del Maestro,
dirigiéndose hacia el Padre, en comunión con los hermanos. ‘Meterse’ en la oración
de Jesús, es meterse en su doctrina, en su forma de estructurar la vida espiritual.
Aunque sea la oración comunitaria por excelencia, y el pronombre personal del
que ora sea la primera persona del plural, sea un ‘nosotros’, se enseña por Jesús a
recitarla en un ambiente de intimidad personal. “Tú, cuando ores, entra en tu
aposento, cierra la puerta, ora a tu Padre allí, en lo escondido, y tu Padre que ve en lo
escondido, te recompensará.
Es en ese ambiente de secreto en compañía, de oración personal que se hace
comunitaria, en el que quiero entrar, sabiendo que en mi mayor secreto, en lo más
escondido de mí, hago siempre relación a los hermanos, a la Iglesia.
En síntesis, lo que enseña Jesús en su oración, es que El, y todos y cada uno de
nosotros tenemos un mismo Padre, que está en algún sitio o parámetro de energía
que el llama “cielos”. Enseña que ese Padre tiene un nombre que es santo, que hay
que reconocerlo así ya desde este mundo, y así santificarlo en el único sitio que no
se reconoce, aquí en este mundo. Enseña que ese Padre tiene también un Reino
activo que puede venir, y de hecho ya está viniendo a nosotros: y que el reino
consiste en hacer su voluntad, o se descubre al hacer su voluntad aquí en la tierra,
como la hacen en el Cielo donde está desde siempre y para siempre.
Luego, Jesús nos enseña también a pedirle al Padre remedios para nuestras
carencias, para nuestras necesidades y circunstancias adversas en el estado actual
del hombre; son: