Decargar libro - Manuel Requena
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" 34"<br />
que me los hace detectar, y los pone en su lugar, porque si no, cada una de esas<br />
luces, noticias, provocaciones y posibilidades que llenan mi día, me arrastraría a su<br />
adoración, que es como dedicarle mi tiempo, mi trabajo y mi descanso, a algo que<br />
no merece la pena. El salmo desde por la mañana, me advierte, y me dice cómo<br />
librarme del descarrío: Entrando a su presencia, porque en su presencia no se<br />
mantiene la mentira, sino que solo puede vivir la verdad. Es mas, su presencia es la<br />
verdad misma, la única verdad que merece la aclamación de mi alma.<br />
TIENE EN SU MANO LAS SIMAS DE LA TIERRA, SON SUYAS LAS<br />
CUMBRES DE LOS MONTES.<br />
Las razones de alabanza que siguen, son una auténtica doctrina descriptiva de la<br />
totalidad del poderío de Dios, de su señorío sobre todo lo que existe, del “olismo”.<br />
Son razónes “cat-ólicas”, según la totalidad de la naturaleza y del espíritu<br />
Escoge el salmista una vez más la técnica de los contrarios, y traza una cruz con las<br />
imágenes que emplea y con la mirada del que lee, como profetizando sobre el<br />
auténtico signo de la nueva alianza, que se iba a levantar mucho tiempo después,<br />
entre el cielo y la tierra.<br />
Usando los contrarios paisajísticos, simas de la tierra y cumbres de los montes, mar<br />
y tierra firme, el salmo traza la cruz perfecta, de abajo hacia arriba, en lo vertical, y<br />
de un extremo al otro en lo horizontal. Y el hombre que alaba, está en el centro de<br />
todo.<br />
Cuando recito el salmo en las mañanas, es como si santiguara con el signo de la<br />
cruz la tierra, con la voz y la imagen del salmo. Como si levantara el signo de la<br />
cruz que va a presidir mi universo ese día, haciéndolo signo de salud entre Dios y<br />
todo lo creado. Y el hombre que ha entrado a la alabanza, en medio, como el gran<br />
sacerdote de la creación.<br />
SUYO ES EL MAR, PORQUE EL LO HIZO Y LA TIERRA FIRME QUE<br />
MODELARON SUS MANOS<br />
No solo habla de los contrarios físicos, que son fácilmente detectables en la primera<br />
lectura del salmo, sino de los espirituales, en signos que permiten esa lectura.<br />
El mar como signo de lo inseguro, de las pasiones, y la tierra como signo de lo<br />
seguro, de la promesa de Dios, y de la palabra. Porque la tierra firme, puede ser la<br />
tierra prometida desde el principio, al hombre que escucha la llamada, que sale de<br />
su tierra y camina en la presencia de Dios, hacia la tierra que este le promete, como<br />
hizo Abraham.