Decargar libro - Manuel Requena

" 3:"
La llamada y los dones de Dios, tienen un tiempo, un parámetro temporal como la
propia vida humana. Y el tiempo se mide no solo por la longevidad, o lo años
personales, sino por el tiempo de una ‘generación’. Es una alusión al pecado y la
conversión comunitaria.
El argumento es recogido por S. Pablo en sus cartas, para exhortar a los Hebreos
(Hb.3,18 y ss. ) a entrar en la nueva oportunidad que Dios les da. (4,1 Mientras sigue
en vigor la promesa de entrar en su descanso, hay que tener mucho cuidado, no sea que
alguno de vosotros no lo consiga.)
Y DIJE, ES UN PUEBLO DE CORAZÓN EXTRAVIADO QUE NO RECONOCE
MI CAMINO
Son los dos parámetros de la conversión: estar extraviado y reconocer el camino.
La predicación de la Buena Noticia, hecha por Jesús mismo, fue esa: “Convertíos y
creed en el evangelio”. Y se propuso Él mismo como camino, que no fue reconocido..
Saberse extraviado, es el primer presupuesto, porque nadie cambia de camino
pensando que va bien.
Reconocer el Camino de Dios, el camino auténtico del Espíritu para llegar a la
presencia, es el segundo presupuesto.
Y ninguno de los dos presupuestos los hace solo el hombre, son regalo de Dios en
semilla, que hay que sembrar y cultivar, en dones que hay que poner en
movimiento, en reconocimiento de sus pequeñas cosas, que hacen la relación con
El, personalísima e irrepetible. Es decir, lo que yo tengo que hacer, solo lo puedo
hacer yo, como lo que yo tengo que recibir, solo lo puedo recibir yo mismo. Otra
cosa será que eso que tengo que hacer o recibir, esté siempre en relación con los
hermanos, y con Dios mismo.
Entender que el camino del reino es personal y comunitario a la vez, es
absolutamente necesario para la paz, para el descanso, para el orden en el camino.
Es como una autopista por la que va cada uno con su vehículo, pero de su
conducción depende incluso la vida de otros. En este caso mucho más, porque el
camino es la vida misma.
POR ESO HE JURADO EN MI COLERA QUE NO ENTRARÁN EN MI
DESCANSO.
Lo mas importante del salmo, la gran promesa, la conclusión de toda la
exhortación, está dicha en negativo. Es como el cliché de una fotografía que hay