Decargar libro - Manuel Requena
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Y NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACION<br />
Es la única petición en negativo que tiene su oración. No nos dejes caer.....<br />
Eres Tú la fuerza que nos sostiene. Si nos dejas, caemos. Saberlo es fuente de<br />
sabiduría. Pero eso lo sabes de sobra. Entonces ¿por qué nos ibas a dejas caer?.<br />
¿Será por la libertad en que quieres que vivamos en tu reino?<br />
Estoy acostumbrado a vivir en la tentación, y Tú sabes que muchas veces caigo en<br />
ella. Estoy lleno de heridas de sus navajazos, y de sus cornadas, como los toreros.<br />
Pero por eso, y antes de pedirte que no nos dejes caer, ya te he pedido que me<br />
perdones, que nos perdones, porque en la oración de tu hijo y nuestra, todo es<br />
colectivo.<br />
Acepto tu mecanismo de crecimiento que supone la tentación, y trato de aprender<br />
a no caer en ella. Tengo necesariamente que caminar, y no tengo que tropezar. Pero<br />
a veces tengo la impresión de que más que un mecanismo de crecimiento en la<br />
libertad, la tentación, y la caída en ella, no tiene otro sentido que el reconocimiento<br />
de tu Misericordia<br />
Quizás el paso más importante que he dado últimamente, sea el darme cuenta de<br />
que tu misericordia no se ejercita solo cuando estoy en pecado, porque es tan dulce<br />
sentirla, que posiblemente estaríamos todo el día entrando y saliendo en el pecado,<br />
para poder contemplar ese mar inmenso de tu misericordia. Conocerla, creo más<br />
bien que es conocer tu AMOR. Y se siente casi mejor cuando no me dejas caer en la<br />
tentación, cuando me sostienes, que cuando me perdonas. Andar por tu casa, por<br />
tus entrañas de MISERICORDIA, es llegar a la Patria prometida, a nuestra casa.<br />
Cuando seamos maduros y ya no caigamos, y ni podamos siquiera caer en<br />
tentación, te daremos las gracias debidamente. Ahora no podemos hacerlo aún con<br />
la profundidad que Tú mereces, ni con la perspectiva del paisaje infinito de tu<br />
misericordia.<br />
Y LÍBRANOS DEL MAL<br />
Es la última petición que tu Hijo me enseña a hacerte. Que nos libres, que nos<br />
liberes, que nos hagas libres, que nos dejes servirte con esa libertad de hombres en<br />
la que nos creaste por encima de otros muchos seres de tu creación.<br />
Si te pido que nos libres es porque de alguna manera reconozco que soy esclavo,<br />
siervo, preso de algo malo, o de alguien malo. Ese es el pecado original del<br />
hombre, y todo lo que de el se deriva, como cadena de esclavitud.