Decargar libro - Manuel Requena

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Una de las escenas más dramáticas de la historia de la humanidad que conozco, me
parece la que se relata en Jn. 18, 38, tu presencia ante Pilato que se planteó
expresamente el problema y no supo, no quiso o no pudo resolverlo. Estar ante la
Verdad, y preguntarse aún ''¿Qué es la verdad?''.
Y eso me pasa a mí mas de una vez, quizás no en cosas muy trascendentes, pero si
en situaciones que llevan, o deberían llevar, a una acción de alabanza y
agradecimiento. A pesar de que tengo resuelto y decidido seriamente caminar
hacia ti, de forma irrevocable, y sé que un centímetro en ese camino vale más que
kilómetros en otro, no se cómo, me entretengo aún en otras cosas, que me impiden
conocer de forma inmediata la verdad, hasta donde nos has dado, y puede
conocerse desde aquí. Una de las formas mas seguras que conozco de ''reconocer la
verdad'', de no tener que preguntarme qué es la verdad, sino simplemente
reconocerla y 'vivir en ella', es la liturgia y el arte sacro. La Palabra que me pone
ante la Verdad, cuando está como adornada con la belleza de la musicalidad, de los
textos bien dichos, del entorno preparado de la liturgia de la Iglesia, y de los signos
que se realizan en la calma y en la profundidad que se requiere, es como si
estuviera delante de Jesús mismo, y me llamara a gustar 'La Verdad'.
Otro lugar de encuentro importante con la verdad, es la reflexión en soledad sobre
los textos de la Escritura. Es como ir metiendo el alma en el sancta santorum de la
verdad, y a través de su historia en el hombre, ir descubriendo constantes de todos
los tiempos, que son técnicas válidas ya para siempre. Ir conociendo, como la
persona del Hijo, se ha hecho encontradizo con su obra, entrando en ella poco a
poco, según nuestra medida del tiempo y de la historia, para conducirla a otro
estado, que es la plenitud de manifestación de su Padre, creador con Él de esa
historia.
El gran descubrimiento del hombre moderno, sería conocer la presencia viva de
Jesús de Nazaret entre nosotros, no solo colectivamente, sino también
individualmente, como salvador, armonizador y sentido del individuo hacia la
plenitud, de su grupo social, y de la universalidad de grupos sociales.
¿Cómo decir esto sin que se entienda como la pretensión de imposición sectárea de
una filosofía determinada? ¿Cómo compartir con los demás hombres 'la verdad'
que tenemos delante, que todos buscamos, y que la mayoría no vemos?
Si tuviera que preguntarle hoy algo a Jesús, no le preguntaría ¿qué es la verdad?,
le preguntaría ¿Cómo compartir tu verdad con los hermanos? ¿Cómo caminar por
tu verdad, sabiendo que nunca podremos agotarla, y que siendo siempre la misma,
es siempre distinta?
Supongo que eso es ya un gran paso en la fe, y doy gracias por ello. Ya no me
pregunto si existe Dios, si Jesús esta vivo, si hay vida después de esta vida, si la
moral tiene un fundamento...... etc,etc... Estoy seguro de ello. Lo que me pregunto
es cómo caminar por ese camino inmenso que se me abre en la puerta de