Decargar libro - Manuel Requena

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experiencia de la fe viva. Lo que me pregunto cada día, es cómo caminar en
compañía de los hombres con los que me ha tocado vivir, sin desviarnos hacia
otras experiencias que ellos tienen, que yo mismo tengo y he tenido, y que ahora
estoy seguro que no terminan en plenitud, sino en parcialidad. ¿Como hacer el
camino hacia el Padre?
Quizás sabiendo todos, que el fin está en el camino mismo, que la vida eterna es el
camino mismo. Y esa es LA VERDAD. Una Persona que reúne en sí mismo, todas
las respuestas a las preguntas esenciales del hombre. No solo responde a la
pregunta de Pilatos, ¿Qué es la verdad?, sino a la mía inmediata de ¿Cual es el
camino? Y a la última pregunta que siempre se hace el hombre ¿Qué es la
vida?¿Quien es la vida? La verdad, el camino y la vida, son Él mismo.
22.-PALABRAS COMO UN RÍO
Cazando palabras sueltas, que vuelan como mariposas por la mente, y tras ellas
entrando en el paisaje de la gloria, del ambiente interior que es la persona entera, y
su fuente perpetua, jugando con los vientos que las mueven…... Así rezo en las
tardes que no quiero rezar, como vivo las horas que no quiero vivir, esperando que
pasen, y pasando con ellas.
Palabras que liberan y que atan, como si fueran alas de cadenas.
Palabras que brotan desde dentro, y salen como fuente en el inicio de un río, que al
fin, se hará una cosa con la mar.
Así siento llover en mi montaña, y me empapo de luces de su rostro, y brotan
como fuente de aguas que riegan la alameda, terminando a veces cubierta de
vilanos que le regala el viento, traídos de la misma alameda que riegan, o de sus
hojas secas.
Palabra que liberas las tensiones del alma, saliendo despacito, aclarando de tintes y
de polvos, la vida del alma en la que brotas, ven a este lodazal que tiene barro
tuyo, formado con tu agua y el polvo del camino. Sigue brotando hasta que el lodo
se aclare, y se haga lecho de una corriente limpia. Sigue brotando hasta que crezca
la corriente, y sea navegable, hasta el mar.
Palabra que calientas el mar y las corrientes, dando sentido a todos los ciclos de tus
aguas, calentando, alumbrando, hasta que el mar se evapore, y forme nube, y en la
nube te encuentre, en donde te escondiste a los ojos de tu Iglesia. Palabra de la
nube, pronunciada por el Padre y escuchada por los que saben traducirte, aquí
estas, y yo no te conozco aún, y quiero conocerte. Me conviene entrar en esa nube,
en tu viento y en tu agua, en tu calor inteligente. Me conviene entrar en tu Espíritu
Santo.
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Saludable experiencia de tu gracia
me das en tu presencia
y me haces hombre,