Decargar libro - Manuel Requena

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mayoría de esas veces, por desgracia, no le reconocemos. Necesitamos hacernos
testimonio, para que sea reconocido. Necesitamos con toda la urgencia, el papel
testimonial de Juan Bautista.
ERA LA LUZ, LA VERDAD, EL QUE ILUMINA A TODO HOMBRE QUE
VIENE A (ESTE) MUNDO
EN TO FOS TO ALEZINON
(1,9 ¡Hn to` fw›j to` aµlhqino@n, o¥ fwti¿zei pa@nta a¨nqrwpon, eµrxo@menon eij to`n ko@smon.)
1,9 Erat lux vera, quae illúminat omnem hóminem veniéntem in hunc mundum: (Vulgata)
Transcribo la traducción de la Vulgata, porque introduce una expresión explicativa
del mundo de S. Juan, al que llama ‘este mundo’.
La luz de la verdad, o la Luz verdadera, no es fácil de explicar, sino con la Palabra
que procede del Padre de la verdad misma. Es decir, la verdad se explica a sí
misma, y el hombre que la ve, que la entiende, es el que llega al mundo de la
verdad, a “este mundo”, que es el mundo de la fe, el mundo del evangelista. La
imposibilidad de explicar “razonablemente” la verdad de Dios, viene de nuestra
limitación para entender el ser, incluso nuestro propio ser. Dios es el que es, y la
verdad es su verdad. Él es la primera y la última referencia de nuestras
capacidades de entender. Solo cuando acepto que mas allá de todos mis
pensamientos y mis luces de verdad, y también mas acá de ellas, sigue habiendo
verdad y luz, y yo puedo avanzar infinitamente por el camino de la Verdad y del
ser, que es la vida misma, solo entonces, estoy en “el mundo de la Verdad”.
Cuando aprendo a conjugar entre sí los términos camino, verdad y vida con que El
se define, y dentro del misterio, de alguna forma “los en-tiendo”, me en-tusiasman,
o con su propia terminología ‘me iluminan’, entonces he llegado a ‘este mundo’, y
sé lo que significa El es la luz, y que su presencia en la verdad, son realidad para
mí, y el fundamento de mi mundo de afectos y de pensamiento. Entonces soy un
hombre que está viniendo al mundo de la Luz.
Venir al mundo de la Luz, nacer de Dios, que dirá luego S. Juan, depende de Él, de
Jesús de Nazaret, que es, y que hace ser a todo el que llega a ser en su mundo de
palabra y de luz. Esa fue la experiencia del propio Apóstol, como nos cuenta de su
primer encuentro, cuando lo vio pasar, y lo siguió, preguntó ¿Maestro donde
vives”? y El los llamó y les dijo VENID Y VED... y fueron y vieron, y se quedaron
con él aquel día.
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¡Déjame ver un poco más tu Luz de la Verdad! Que me recorra todos mis circuitos, los de
pensamiento, cuando ilumine la oscuridad de mis neuronas, los de sentimientos, cuando
caliente mis células centrales de eso que llamamos médula y corazón, y las lleve a su
plenitud, conectándolas con tu Conexión al Padre, con vuestro Espíritu. Hazte luz
entrañable, que cure y pacifique, y que no deje espacio, ni poro, ni átomo alguno de
oscuridad. ¡Brilla del todo, como sol del verano al medio día.., y ponme moreno de tu amor!
EN EL MUNDO ESTA, Y EL MUNDO FUE HECHO POR ÉL Y EL MUNDO NO