Decargar libro - Manuel Requena
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" 44"<br />
La limpieza que El me da y que le pido, debe ser aquella que Jesús predicó en las<br />
bienaventuranzas, cuando habló de los limpios de corazón: es la del ojo interior,<br />
para ver a Dios; para ver la Luz del Espíritu Santo que ilumina a todo hombre vivo,<br />
porque es el que ilumina, vivifica, protege y conduce a los que van a ser ‘según la<br />
totalidad’ de su ser. La limpieza que pide el salmo, nadie la puede comprar ni<br />
obtener en forma alguna, sino por su Misericordia, que se ha manifestado para<br />
nosotros en Jesús de Nazaret, en su sangre derramada. Conociéndolo a El, y<br />
creyendo que está vivo en mí, me meto y me zambullo en el mar de la<br />
misericordia. No hay otra técnica, con la que pueda experimentar a Dios y quedar<br />
lavado del pecado, en la sangre del Cordero.<br />
PUES YO RECONOZCO MI CULPA, TENGO SIEMPRE PRESENTE MI<br />
PECADO.-<br />
Esta es la frase mas dura del Salmo. El dolor de reconocerse culpable que sintió<br />
David, y que siento yo cuando lo digo de verdad, la precariedad de mi existencia<br />
en el ser de Dios, es la experiencia dura y dolorosa del hombre espiritual en el<br />
tiempo-espacio de nuestra existencia. Pero es a la vez la llave de la puerta que abre<br />
el camino de la misericordia. El acto interior de que mi yo se reconozca culpable,<br />
no es fácil de hacer sin venirse abajo. Tener siempre presente mi pecado, sin caer<br />
en una depresión profunda, solo se consigue habiendo “visto”, o experimentado<br />
de algún modo antecedente, SU MISERICORDIA. Entonces, es cuando lo más duro<br />
se convierte en lo más satisfactorio. Supongo los malos ratos que pasaría el hijo<br />
pródigo mientras volvía a casa de su padre, y hasta que recibió el abrazo. Supongo<br />
que durante todo el camino tendría siempre presente su pecado. Pero también lo<br />
tendría después del magnifico recibimiento, y de la acogida sin condiciones,<br />
aunque entonces ya no le importaba haber sido un crápula, porque conoció el<br />
corazón de su padre. Antes bien, lo que seguramente hizo, fue proclamarlo a los<br />
cuatro vientos, para que todos, incluso su hermano envidioso, conocieran al Padre.<br />
Eso hizo también David con su salmo: Proclamarse pecador a los cuatro vientos, y<br />
con su castigo, recibió el perdón.<br />
Y lo que me parece mas formidable en la experiencia de David, es que no perdiera<br />
los dones del Espíritu que tenía recibidos, es decir, que a pesar de su pecado y<br />
precisamente por el, fuera capaz de pedir misericordia, ¡y de qué manera!<br />
Llegando al mismo corazón de Dios con su salmo, cantando su miseria de tal<br />
forma que todavía es para nosotros como un paradigma de canción-oración del<br />
que se reconoce pecador.<br />
CONTRA TI, CONTRA TI SOLO PEQUÉ, COMETI LA MALDAD QUE<br />
ABORRECES.-<br />
¡Que haría David,.....! Lo que nos cuenta la Biblia es que se acostó con Betsabé, y<br />
mandó matar al marido, para consolidar su aventura. Después hizo duelo, lloró,