Decargar libro - Manuel Requena
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-.V.-<br />
COMENTARIO AL PROLOGO DE LA PRIMERA CARTA DE SAN JUAN<br />
(LEIDA COMO MEDITACION DE NAVIDAD Y EN CONEXION AL PROLOGO DEL<br />
EVANGELIO.)<br />
El Prologo de la Primera Carta de S. Juan, como el Prólogo de su Evangelio, es una<br />
especie de obertura, donde se resumen todos los temas de la carta, y me atrevería<br />
a decir que de toda la predicación o 'Kerigma' apostólico, al menos en el estilo del<br />
discípulo del Amor. Es una proclamación del fundamento, del sentido de la<br />
predicación y de la Escritura, que usa los mismos términos del Cuarto Evangelio,<br />
tan específicos y propios de la escuela Joánica. El Apóstol Juan le escribe a una<br />
comunidad que ya conoce esos términos. Cuando dice 'lo que era desde el principio',<br />
sus comunidades ya saben que ''en el principio era la Palabra, que la Palabra se dirigía<br />
a Dios y que la Palabra era Dios..'' Saben muy bien que el ‘Principio’ y el final de<br />
todo, es Jesucristo resucitado, Señor de “todo lo que existe”, sentado a la derecha<br />
del Padre, y fundamento de la comunidad, en el misterio.<br />
Los tecnicismos o palabras con contenido específico de aquella Iglesia primitiva,<br />
características del grupo, y con un sentido solo conocido por el grupo, como<br />
identidad de su madurez y como propuesta iniciática al mismo, son abundantes y<br />
trataré de ir descifrándolos, para encontrar un apunte aunque sea muy somero, de<br />
la riqueza contemplativa y oracional del texto.<br />
El sentido global de todo el prólogo, como el de toda la carta, es despertar o<br />
recordar, la 'koinonía', la comunión, la unión profunda con el grupo o iglesia, que<br />
creen y esperan en un Dios Trinitario que le da su identidad, y al que adoran.<br />
No es por tanto un canto o himno litúrgico, trasladado por S. Juan a sus escritos<br />
para salvarlo del olvido, sino un auténtico y original instrumento de comunión<br />
con la primera comunidad de Apóstoles, como un cuerpo único de 'testigos' y<br />
evangelizadores, con otro sector de la Iglesia que está recibiendo la evangelización,<br />
y debe conocer y experimentar también el 'gozo de la plenitud' común, la gran<br />
revelación de la carta: que Dios es Amor, y el que ama conoce a Dios, y es conocido<br />
por El.<br />
Lo que se transmite en testimonio, lo que se 'evangeliza' o anuncia, no es solo un<br />
acontecimiento, sino una experiencia total, percibida por todos los sentidos,<br />
contemplada y acariciada como presencia corporal de 'alguien', y concretamente de<br />
Jesús de Nazaret, como continente de la Palabra de vida, del ''Logou tes zoes'' (peri<br />
Átou^ lo@gou th^j zwh^j). Y esa será la Verdad de experiencia que se predica, la<br />
verdad de todo el Camino, y el Principio del Camino de la Verdad.