Decargar libro - Manuel Requena

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según nos dice Juan, es en un mas allá de aquí mismo, es como un mas acá, que
solo se hace mas allá cuando se muere... cuando se pierde esta forma de vivir,
contando los minutos del tiempo, y los metros del espacio. Cuando solo contemos
la existencia por el grado de luz que resplandezca en mi, o dicho de otra forma, por
el amor que tenga, cuando aprenda a medir mi existencia, la estatura y longitud de
mi vida, solo por el amor, por el voltaje de su luz en mí, entonces seré eterno, y
habré encontrado a Dios. Lo demás, no vale nada para el hombre que quiere venir
a este mundo de su conocimiento, que es el que Juan predica.
El prologo de Juan, plantea los parámetros donde se va a mover todo el relato de
su Evangelio, y de sus demás escritos, las cartas y el Apocalipsis: Es un
conocimiento del conocimiento, y una palabra que explica la palabra, una
gnoseología y una logología, donde la palabra dice conocimiento, y el
conocimiento ilumina y se derrama en palabra. De la unión del conocimiento y la
Palabra, sale un Evangelio, una buena noticia, la Verdad, una proclamación de la
esencia del hombre, que explica nuestra forma de ser, como estamos ahora, y como
vamos a ser en la evolución y desarrollo de nuestra nueva esencia: vamos a ser
palabras de luz y de conocimiento, que se encarnen tomando la materia que
llamamos cuerpo, para escenificar la plenitud del amor entre nosotros, ante la
mirada atenta del Padre que se complace, viendo su gloría reflejada en las obras de
sus hijos.
VIENE A LOS SUYOS Y LOS SUYOS NO LO ACPETAN, (NO CO-
ELABORAN(o no se identifican con El,)
EIS TA IDIA ELZEN, KAI OI IDIOI AUTON OU PARELABON
1,11 eij ta` i°dia h lqen, kaiÁ oi˜ i°dioi auµto`n ouµ pare@labon.
El “parelabon” griego, a mi me suena a nuestro “elaborar”, a “eleborarse junto a
el”, a trabajarse en la armonía de la luz, a remodelarse en el barro del Principio.
En su revelación histórica, Dios que no improvisa, se preparó un pueblo donde
nacer. Un ambiente especial, de maravilla, y de imaginación, que hizo una raza,
una gente, o nación, que pudo llamar “suyos”, aunque suyos sean también, todos y
cada uno de los pueblos y hombres de la tierra.
Sin duda que Juan se refiere especialmente al judaísmo, pero hay algo más. Si
traducimos como presente todo, también esto tiene en el presente de nuestra
Iglesia, de nuestro hoy, un sentido más rico. “viene a los suyos, y los suyos no
trabajan con el”, NO COLABORAN. Viene constantemente a los que nos llamamos
cristianos, viene a los pastores de su pueblo, a los profetas nuevos que deben
hablar solo de El, y no hacemos nada o casi nada.
Es la gran frustración humana de Jesús, que por otra parte dio lugar a su apertura
al mundo de la fe en la Palabra, al mundo de la Iglesia.
PERO A LOS QUE SE ELABORAN CON EL, LES DA EL PODERIO DE LOS
QUE NACEN COMO HIJOS DE DIOS, DE LOS QUE CREEN EN SU