Decargar libro - Manuel Requena
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De todas formas, lo que mucho me llama la atención es poder llamarte de TU.<br />
Cuando uso conscientemente el posesivo personal, ya me estoy metiendo en tu<br />
Reino, en tus “cosas-personas”, en la relación que a mi me hace persona, alguien<br />
distinto a ti, enfrente de ti, y me hace de alguna forma ver-te. Casi bastaría para<br />
ser perfecto, poder mirarte y decir conscientemente “TU” !!! al fin Tú!!!. Con toda<br />
la admiración que, si me diera cuenta de lo que estoy diciendo, produciría ese<br />
trato. Conjugaría entonces contigo, todos los verbos, acciones y pasiones, que le<br />
has dado para conjugar al hombre. Solo cuando te digo de verdad TU, sé quien soy<br />
yo. ¿Y esa alegría profunda que nos da, cuando en la relación hablamos de EL? Ya<br />
sabes, de Tu Hijo.... El querido nuestro, tuyo, mío y de todos los hermanos. Tuyo<br />
desde siempre, mío solo desde que nací, y soy un yo delante de Ti. En El descubro,<br />
cuado Tú me lo enseñas a los ojos de fe, tu cielo en mi tierra, y me hago Iglesia.<br />
AQUÍ EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO.-<br />
Me haces comparar la tierra con el cielo, donde Tú estás. ¿Se refiere a dos etapas de<br />
mi vida? ¿Que me comporte ya aquí, en mi existencia actual, lo mismo que me voy<br />
a comportar cuando viva, después de la muerte, eternamente en Ti? No dice ahora<br />
la oración de Jesús, “en los cielos”, donde Tú estas, sino ‘en el Cielo’. Es la única<br />
palabra que se repite en la oración. Los cielos, donde estas, y el cielo donde se hace<br />
tu voluntad. Siendo el Cielo más seguro que conozco, tu Hijo Jesús de Nazaret,<br />
quizás te estoy pidiendo, y Tú me estás informando con la propia oración, que tu<br />
voluntad para mí, es ser como Jesús, tu Hijo natural y único. Identificarme con El,<br />
hacer ahora lo que El hizo en su etapa de presencia física en el mundo, aquí en la<br />
tierra, para agradarte, para glorificarte. ! Qué lástima no haberlo conocido en su<br />
carne, antes de que pasara de nuevo a Ti! Cuando El aún tenía la zozobra de ser<br />
hombre, sujeto a la experiencia y limitación suprema de la muerte. Me encantaría<br />
haber podido verlo, y vivir con El sus experiencias de hombre desde esta orilla. Sus<br />
amores, sus inquietudes, sus temores, su soledad y su compañía..... !Algún día<br />
será..! Sabiendo que El es comunicativo por naturaleza, no se lo va a tener callado<br />
eternamente. En su día lo compartirá conmigo, y compararemos su experiencia en<br />
su carne, y en la mía, con mi experiencia en su carne, y en la mía.<br />
Yo también tengo un cielo aquí en la tierra. Tú sabes quien es. Y te pido que se<br />
haga tu voluntad en ese cielo. Tal como tú lo has diseñado desde el Principio de<br />
toda la creación. Es el conocimiento de tu Hijo.<br />
Pedir que se cumpla en nosotros y por nosotros, aquí, en esta tierra nuestra, de<br />
nuestra carne y de nuestro amor, tu Voluntad, es como decir, y en pocas palabras,<br />
que venga tu Espíritu Santo, que informe nuestro todavía pequeño mundo de<br />
relación, y nuestra conducta, para que sea copia exacta de tu vida de relación<br />
interna con tu Verbo. Aunque sea tan doliente para la carne, como lo fue para El,<br />
que inició su último camino que lo llevó a la muerte, pidiéndote precisamente, que<br />
no se hiciese su voluntad, sino la tuya.