Decargar libro - Manuel Requena

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ellos alcanzarán misericordia) la hemos entendido parcialmente si solo la aplicamos a
la virtud que cuida de los pobres, de los necesitados. Quizás estemos también
influenciados, por aquella doctrina cristiana de las catorce “obras de misericordia”,
que nos enseñaban en el catecismo.
No es que no sea eso, sino que es mucho más que eso. Literalmente, es llevar con
amor a los miserables en el corazón. O llegar al corazón de los miserables.
Cuando David, que se dice el autor del salmo, pecó con Betsabé, y ordenó matar a
su marido para hacerla suya, se convirtió en un miserable, así como suena. Pero
fue un miserable con suerte, de forma que sitió la misericordia de Dios, se
arrepintió, y escribió su salmo. Y nos legó el sentido de la misericordia, cantándola.
En este sentido la misericordia significa tener en consideración, no al que está en la
miseria, entendida como escasez económica, sino en la maldad. Significa hacerse
cercano, no esconderse, al que te fastidia, al que te maltrata y te molesta. La
expresión suprema de la misericordia es la oración de Jesús disculpando a los que
lo crucificaban: “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen”.Y su ida a Jerusalén,
cuando conocía perfectamente a los miserables que lo iban a matar. ¿Seríamos
hoy capaces de orar por los terroristas, por los gobernantes asesinos, por los
ladrones de todo tipo, por los pastores de la Iglesia que equivocan al pueblo en
provecho propio? ¿Seríamos capaces de entender que son hermanos a punto de
recibir el castigo de la justicia divina, y que para más INRI, ni lo saben? Porque los
pobres saben hoy que existe otro mundo mejor, aunque no puedan acceder a el,
pero los auténticos miserables, posiblemente ni se dan cuenta de que lo son.
Cogidos por el enemigo del hombre, son como ovejas que van al matadero. Y todos
hemos estado alguna vez en esa situación, o al menos hablo de la experiencia
propia.
LAVA DEL TODO MI DELITO, LIMPIA MI PECADO.
La historia de la misericordia de Dios, es toda la historia de la Iglesia, del Pueblo, y
mía personal. Mi deseo de ser lavado del todo, es porque me siento sucio, y
necesito “del todo” (es decir “CAT-ÓLICAMENTE”), llegar a la limpieza que me
permita entrar en el Reino que ahora adivino a lo lejos, como entre sombras y
luces, y que no puedo ver con claridad precisamente porque tengo los ojos sucios
de mi propia sangre.
La expresión “Del todo”, me recuerda inmediatamente que soy CAT-ÓLICO,(=
según la totalidad). Que la tendencia interna de mi ser, tanto para su desarrollo
personal como social, quiere la totalidad, de lo físico y de lo espiritual, de lo íntimo
y de lo externo, de mi luz y de mis sombras, de lo que sé y de lo que no se que soy.
Quiero estar limpio del todo. No puedo estar limpio en una parte y sucio en otra,
no quiero ser luz y sombras a la vez, no quiero ser carnal por un lado y espiritual
por otro, quiero ser todo junto para estar limpio en el todo. Quiero ser cat-ólico.