Decargar libro - Manuel Requena

" 358"
No hay nada mas que recordar un nombre, y se hace altar, el sitio del encuentro,
Allí beber la fuente que nace de su centro, y dejar ir al río lo que sobre.
No hay que hacer otra cosa, que creer en un hombre, y en el acto de fe, sobre el
Hijo del nombre, esconderse tranquilo hasta que al fin retorne, como Dios de la
historia, como premio del pobre.
Oh¡ Fuerza de la cita que a tu lado, brota en el hombre niño que suplica,
limpiándole la herida del pecado, danos tu voz de amor que resucita, enséñanos a
estar siempre a tu lado, y nos haremos templo de tu vida.
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Vivir, caminando hacia Ti, aventurando el tiempo y el espacio por el conocimiento,
hasta ese punto fijo de tu rostro.
Soñar, que inundado de Ti, en la presencia mas profunda, tierna, ya sin
razonamiento, prendido de tu canto, 'te conozco'.
Hablar, dirigiéndome a Ti, en la palabra poner el corazón lleno de alumbramiento,
hasta que nace como un río la oración.
Vivir, soñar, hablar, todo hacia Tí, haciendo del camino una canción.
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Se abre la mañana para el canto
cuando hieres,
como un regalo abierto de tu gracia,
cuando quieres,
cuando tu voz me llama.
Y le responde un canto de alabanza
¡Si vinieres!
en esa luz temprana de mi alma
¡Si te viere!
Hasta quedar diciendo ¡SANTO, SANTO!
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Qué bien, cuando la luna de la noche, de fuego y de suspiros, llena de su luz blanca
la caída, y de color de sombra los arroyos, donde se baña el alma, cuando vuelves,
la noche en que te espero, y la amaneces.