30.04.2013 Views

gabriel-garcc3ada-mc3a1rquez-noticia-de-un-secuestro

gabriel-garcc3ada-mc3a1rquez-noticia-de-un-secuestro

gabriel-garcc3ada-mc3a1rquez-noticia-de-un-secuestro

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

cumplir en agosto cincuenta y dos <strong>de</strong> ser sacerdote, y era <strong>de</strong> lejos el único colombiano<br />

influyente que n<strong>un</strong>ca soñó con ser presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la república. Su cabeza nevada y su ruana<br />

<strong>de</strong> lana blanca sobre la sotana complementaban <strong>un</strong>a <strong>de</strong> las imágenes más respetables <strong>de</strong>l<br />

país. Cometió versos que publicó en <strong>un</strong> libro a los diecinueve años, y otros más, también <strong>de</strong><br />

juventud, con el seudónimo <strong>de</strong> Senescens. Obtuvo <strong>un</strong> premio olvidado con <strong>un</strong> libro <strong>de</strong><br />

cuentos, y cuarenta y seis con<strong>de</strong>coraciones por su obra social. En las buenas y en las malas<br />

tuvo siempre los pies bien plantados sobre la tierra, hacía vida social <strong>de</strong> laico, contaba y se<br />

<strong>de</strong>jaba contar chistes <strong>de</strong> cualquier color, y a la hora <strong>de</strong> la verdad le salía lo que siempre fue<br />

<strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> su ruana sabanera: <strong>un</strong> santan<strong>de</strong>reano <strong>de</strong> hueso colorado.<br />

Vivía con <strong>un</strong>a austeridad monástica en la casa cural <strong>de</strong> la parroquia <strong>de</strong> San Juan <strong>de</strong> Eu<strong>de</strong>s,<br />

en <strong>un</strong> cuarto cribado <strong>de</strong> goteras que se negaba a reparar. Dormía en <strong>un</strong>a cama <strong>de</strong> tablas sin<br />

colchón y sin almohada y con el sobrecama hecho <strong>de</strong> retazos <strong>de</strong> colores en figura <strong>de</strong><br />

casitas, que le habían bordado <strong>un</strong>as monjas <strong>de</strong> la caridad. No aceptó <strong>un</strong>a almohada <strong>de</strong><br />

plumas que alg<strong>un</strong>a vez le ofrecieron porque le parecía contrario a la ley <strong>de</strong> Dios. No<br />

cambiaba <strong>de</strong> zapatos mientras no le regalaran <strong>un</strong> par nuevo, ni reemplazaba su ropa y su<br />

eterna ruana blanca mientras no le regalaran otras. Comía poco, pero tenía buen gusto en la<br />

mesa y sabía apreciar la buena comida y los vinos <strong>de</strong> clase, pero no se <strong>de</strong>jaba invitar a<br />

restaurantes <strong>de</strong> lujo por temor <strong>de</strong> que creyeran que pagaba él. En <strong>un</strong>o <strong>de</strong> ellos vio <strong>un</strong>a dama<br />

<strong>de</strong> alcurnia con <strong>un</strong> diamante <strong>de</strong>l tamaño <strong>de</strong> <strong>un</strong>a almendra en el anillo.<br />

-Con <strong>un</strong>a sortija como ésa -le dijo <strong>de</strong> frente- yo haría <strong>un</strong>as ciento veinte casitas para los<br />

pobres.<br />

La dama, aturdida por la frase, no supo qué contestar, pero al día siguiente le mandó el<br />

anillo con <strong>un</strong>a nota cordial. No alcanzó para las ciento veinte casas, por supuesto, pero el<br />

padre las construyó <strong>de</strong> todos modos.<br />

Paulina Garzón <strong>de</strong> Bermú<strong>de</strong>z era natural <strong>de</strong> Chipatá, Santan<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l Sur, y había llegado a<br />

Bogotá con su madre en 1961 a la edad <strong>de</strong> quince años, y con <strong>un</strong>a recomendación <strong>de</strong><br />

mecanógrafa experta. Lo era, en efecto, pero en cambio no sabía hablar por teléfono y sus<br />

listas <strong>de</strong>l mercado eran in<strong>de</strong>scifrables por sus horrores <strong>de</strong> ortografía, pero aprendió a hacer<br />

bien ambas cosas para que el padre la empleara. A los veinticinco años se casó y tuvo <strong>un</strong><br />

hijo -Alfonso-, y <strong>un</strong>a hija -María Constanza-, que hoy son ingenieros <strong>de</strong> sistema. Paulina se<br />

las arregló para seguir trabajando con el padre, quien le soltaba poco a poco <strong>de</strong>rechos y<br />

<strong>de</strong>beres hasta que se le volvió tan indispensable que viajaban j<strong>un</strong>tos <strong>de</strong>ntro<br />

y fuera <strong>de</strong>l país, pero siempre en compañía <strong>de</strong> otro sacerdote. «Para evitar rumores»,<br />

explica Paulina. Terminó por acompañarlo a todas partes, a<strong>un</strong>que sólo fuera para ponerle y<br />

quitarle los lentes <strong>de</strong> contacto como n<strong>un</strong>ca pudo hacerlo él mismo.<br />

En sus últimos años el padre perdía audición por el oído <strong>de</strong>recho, se volvió irritable, y se<br />

exasperaba con los huecos <strong>de</strong> su memoria. Poco a poco había ido <strong>de</strong>scartando las oraciones<br />

clásicas, e improvisaba las suyas en voz alta con <strong>un</strong>a inspiración <strong>de</strong> iluminado. Su fama <strong>de</strong><br />

l<strong>un</strong>ático crecía al mismo tiempo que la creencia popular <strong>de</strong> que tenía el po<strong>de</strong>r sobrenatural<br />

<strong>de</strong> hablar con las aguas y <strong>de</strong> gobernar su curso y su conducta. Su actitud comprensiva en el<br />

caso <strong>de</strong> Pablo Escobar hizo recordar <strong>un</strong>a frase suya sobre el regreso <strong>de</strong>l general Gustavo<br />

Rojas Pinilla, en agosto <strong>de</strong> 1957, para ser juzgado por el Congreso: «Cuando <strong>un</strong> hombre se<br />

entrega a la ley, a<strong>un</strong>que fuera culpable, merece <strong>un</strong> prof<strong>un</strong>do respeto». Casi al final <strong>de</strong> su<br />

vida, en <strong>un</strong> Banquete <strong>de</strong>l Millón cuya organización había sido muy problemática, <strong>un</strong> amigo

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!