30.04.2013 Views

gabriel-garcc3ada-mc3a1rquez-noticia-de-un-secuestro

gabriel-garcc3ada-mc3a1rquez-noticia-de-un-secuestro

gabriel-garcc3ada-mc3a1rquez-noticia-de-un-secuestro

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>de</strong> escon<strong>de</strong>rse <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> sí mismo. Se puso <strong>un</strong>as gafas oscuras y <strong>un</strong>a gorra <strong>de</strong> golfista, y se<br />

mantuvo siempre en seg<strong>un</strong>do plano <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> Villamizar. Alguien que lo vio entrar con el<br />

padre se apresuró a llamar por teléfono a Rafael Pardo para <strong>de</strong>cirle que Escobar -muy rubio,<br />

muy alto y elegante- acababa <strong>de</strong> entregarse en la gobernación.<br />

Cuando se preparaban para salir, le avisaron al Mono por radioteléfono que <strong>un</strong> avión se<br />

dirigía al espacio aéreo <strong>de</strong> la ciudad. Era <strong>un</strong>a ambulancia militar con varios soldados<br />

heridos en <strong>un</strong> encuentro con las guerrillas <strong>de</strong> Urabá. El temor <strong>de</strong> que se hiciera <strong>de</strong>masiado<br />

tar<strong>de</strong> inquietaba a las autorida<strong>de</strong>s, porque los helicópteros no podrían volar al filo <strong>de</strong>l<br />

atar<strong>de</strong>cer, y aplazar la entrega para el día siguiente podía ser f<strong>un</strong>esto. Villamizar llamó<br />

entonces a Rafael Pardo, y éste hizo <strong>de</strong>sviar el vuelo <strong>de</strong> los heridos y reiteró la or<strong>de</strong>n<br />

terminante <strong>de</strong> mantener el cielo <strong>de</strong>spejado. Mientras esperaba el <strong>de</strong>senlace, escribió en su<br />

diario personal: «Ni <strong>un</strong> pájaro vuela hoy sobre Me<strong>de</strong>llín».<br />

El primer helicóptero -<strong>un</strong> Bell 206 para seis pasajeros- <strong>de</strong>spegó <strong>de</strong> la azotea <strong>de</strong> la<br />

gobernación poco <strong>de</strong>sPués <strong>de</strong> las tres con el Procurador General y Jaime Vázquez;<br />

Fernando García Herreros y el periodista <strong>de</strong> radio Luis Alirio Calle, cuya enorme<br />

popularidad era <strong>un</strong>a garantía más para la tranquilidad <strong>de</strong> Pablo Escobar. Un oficial <strong>de</strong><br />

seguridad le indicaría al piloto el rumbo directo <strong>de</strong> la cárcel.<br />

El seg<strong>un</strong>do helicóptero -<strong>un</strong> Bell 412 para doce pasajeros <strong>de</strong>spegó - diez minutos <strong>de</strong>spués<br />

cuando el Mono recibió la or<strong>de</strong>n por radioteléfono. Villamizar se embarcó con él y con el<br />

padre. No bien <strong>de</strong>spegaban cuando oyeron por radio la <strong>noticia</strong> <strong>de</strong> que la posición <strong>de</strong>l<br />

gobierno había sido <strong>de</strong>rrotada en la Asamblea Nacional Constituyente, don<strong>de</strong> acababa <strong>de</strong><br />

aprobarse la no extradición <strong>de</strong> nacionales por cincuenta y <strong>un</strong> votos a favor, trece en contra y<br />

cinco abstenciones, en <strong>un</strong>a primera instancia que sería ratificada más tar<strong>de</strong>. A<strong>un</strong>que no<br />

había indicios <strong>de</strong> que fuera <strong>un</strong> acto concertado, era casi infantil no pensar que Escobar lo<br />

conocía <strong>de</strong> antemano y había esperado hasta aquel último minuto para entregarse.<br />

Los pilotos siguieron las indicaciones <strong>de</strong>l Mono para recoger a Pablo Escobar y llevarlo a la<br />

cárcel. Fue <strong>un</strong> vuelo muy breve, y a tan baja altura, que las instrucciones parecían para <strong>un</strong><br />

automóvil: tomen la Octava, sigan por ahí, ahora a la <strong>de</strong>recha, más, más, hasta el parque,<br />

eso es. Detrás <strong>de</strong> <strong>un</strong>a arboleda surgió <strong>de</strong> pronto <strong>un</strong>a mansión espléndida entre flores<br />

tropicales <strong>de</strong> colores intensos, con <strong>un</strong> campo <strong>de</strong> fútbol perfecto como <strong>un</strong>a enorme mesa <strong>de</strong><br />

billar en medio <strong>de</strong>l tráfico fluido <strong>de</strong> El Poblado.<br />

-Aterrice ahí -indicó el Mono-. No apague los motores.<br />

Sólo cuando estuvieron a la altura <strong>de</strong> la casa <strong>de</strong>scubrió Villamizar que alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l campo<br />

esperaban no menos <strong>de</strong> treinta hombres con las armas en ristre. Cuando el helicóptero se<br />

posó en el prado intacto, se <strong>de</strong>sprendieron <strong>de</strong>l grupo <strong>un</strong>os quince escoltas que caminaron<br />

ansiosos hacia el helicóptero alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> <strong>un</strong> hombre qué no podía pasar inadvertido. Tenía<br />

el cabello largo hasta los hombros, <strong>un</strong>a barba muy negra, espesa y áspera, que le llegaba<br />

hasta el pecho, y la piel parda y curtida por <strong>un</strong> sol <strong>de</strong> páramo. Era rechoncho, con zapatos<br />

<strong>de</strong> tenis y <strong>un</strong>a chaquetilla azul claro <strong>de</strong> algodón ordinario, y se movía con <strong>un</strong>a andadura<br />

fácil y <strong>un</strong>a tran-<br />

quilidad escalofriante. Villamizar lo reconoció a primera vista sólo porque era distinto <strong>de</strong><br />

todos los hombres que había visto en su vida.<br />

Después <strong>de</strong> <strong>de</strong>spedirse <strong>de</strong> sus escoltas más proximos con abrazos fuertes y rápidos, Escobar<br />

indicó a dos <strong>de</strong> ellos que embarcaran por el otro lado <strong>de</strong>l helicóptero. Eran el Mugre y Otto,<br />

dos <strong>de</strong> los más cercanos. Luego subió él sin cuidarse <strong>de</strong> las aspas a media marcha. El

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!