30.04.2013 Views

gabriel-garcc3ada-mc3a1rquez-noticia-de-un-secuestro

gabriel-garcc3ada-mc3a1rquez-noticia-de-un-secuestro

gabriel-garcc3ada-mc3a1rquez-noticia-de-un-secuestro

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

secuaces <strong>de</strong> Escobar que habían llegado por tierra para entregarse con él. Allí estaban<br />

también la esposa <strong>de</strong> Escobar, y su madre, muy pálida y a p<strong>un</strong>to <strong>de</strong> llorar. Él le dio al pasar<br />

<strong>un</strong> toquecito cariñoso en el hombro, y le dijo: «Tranquila, vieja». El director <strong>de</strong> la cárcel<br />

salió a su encuentro con la mano extendida.<br />

-Señor Escobar -se presentó-. Soy Luis Jorge Pataquiva.<br />

Escobar le estrechó la mano. Luego se levantó el pantalón <strong>de</strong> la pierna izquierda y<br />

<strong>de</strong>senf<strong>un</strong>dó la pistola que llevaba en <strong>un</strong> arnés amarrado en el tobillo. Una joya magnífica:<br />

Sig Sauer 9, con el monograma <strong>de</strong> oro incrustado en la cacha <strong>de</strong> nácar. Escobar no le quitó<br />

el cargador, sino que sacó las balas <strong>un</strong>a por <strong>un</strong>a y las tiró en el suelo.<br />

Fue <strong>un</strong> gesto algo teatral que parecía ensayado, y surtió su efecto como <strong>un</strong>a muestra <strong>de</strong><br />

confianza al carcelero mayor cuyo nombramiento le había quitado el sueño. Al día<br />

siguiente se publicó que al entregar la pis~ tola Escobar le había dicho a Pataquiva: «Por la<br />

paz <strong>de</strong> Colombia». Ningún testigo lo recuerda, y Villamizar mucho menos, <strong>de</strong>slumbrado<br />

como estaba por la belleza <strong>de</strong>l arma.<br />

Escobar saludó a todos. El procurador <strong>de</strong>legado le retuvo la mano mientras le <strong>de</strong>cía: «Estoy<br />

aquí, señor Escobar, para mirar que sus <strong>de</strong>rechos sean respetados». Escobar le dio las<br />

gracias con <strong>un</strong>a <strong>de</strong>ferencia especial. Por último tomó <strong>de</strong>l brazo a Villamizar.<br />

-Camine, doctor -le dijo-. Usted y yo tenemos mucho que conversar.<br />

Lo llevó hasta el extremo <strong>de</strong> la galería exterior, y allí charlaron por <strong>un</strong>os diez minutos<br />

recostados en la baranda y <strong>de</strong> espaldas a todos. Escobar empezó por dar las gracias<br />

formales. Luego, con su calma pasmosa, lamentó los sufrimientos que le había causado a<br />

Villamizar y a su familia, pero le pidió enten<strong>de</strong>r que aquélla había sido <strong>un</strong>a guerra muy<br />

dura para ambas partes. Villamizar no <strong>de</strong>sperdició la ocasión <strong>de</strong> resolver tres gran<strong>de</strong>s<br />

incógnitas <strong>de</strong> su vida: por qué habían matado a Luis Carlos Galán, por qué Escobar había<br />

tratado <strong>de</strong> matarlo a él, y por qué había secuestrado a Maruja y a Beatriz.<br />

Escobar rechazó toda culpa sobre el primer crimen. «Lo que pasa es que al doctor Galán lo<br />

quería matar todo el m<strong>un</strong>do», dijo. Admitió que había estado presente en las discusiones en<br />

que se <strong>de</strong>cidió el atentado, pero negó que hubiera intervenido o tuviera algo que ver con los<br />

hechos. «En eso intervino muchísima gente -dijo-. Yo inclusive me opuse porque sabía lo<br />

que se venía si lo mataban, pero si ésa era la <strong>de</strong>cisión yo no podía oponerme. Le ruego que<br />

se lo diga así a doña Gloria.»<br />

En cuanto a la seg<strong>un</strong>da inquietud, fue explícito en que <strong>un</strong> grupo <strong>de</strong> congresistas amigos lo<br />

habían convencido <strong>de</strong> que Villamizar era <strong>un</strong> colega incontrolable y empecinado que había<br />

que frenar <strong>de</strong> cualquier modo antes <strong>de</strong> que hiciera aprobar la extradición. «A<strong>de</strong>más -dijo-<br />

en esa guerra en que estábamos a <strong>un</strong>o lo mataban hasta por chismes. Pero ahora que lo<br />

conozco, doctor Villamizar, bendita la hora en que no le pasó nada.»<br />

Sobre el <strong>secuestro</strong> <strong>de</strong> Maruja dio <strong>un</strong>a explicación simplista. «Yo estaba secuestrando gente<br />

para conseguir algo y no lo conseguía, nadie conversaba, nadie hacía caso, así que me fui<br />

por doña Maruja a ver si lograba cualquier cosa.» No tuvo más argumentos, sino que <strong>de</strong>rivó<br />

a <strong>un</strong> largo comentario sobre la forma en que fue conociendo a Villamizar en el curso <strong>de</strong> las<br />

negociaciones, hasta convencerse <strong>de</strong> que era <strong>un</strong> hombre serio y valien~ te, cuya palabra <strong>de</strong><br />

oro comprometía su gratitud eterna. «Yo sé que usted y yo no po<strong>de</strong>mos ser amigos», le

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!