30.04.2013 Views

gabriel-garcc3ada-mc3a1rquez-noticia-de-un-secuestro

gabriel-garcc3ada-mc3a1rquez-noticia-de-un-secuestro

gabriel-garcc3ada-mc3a1rquez-noticia-de-un-secuestro

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

La vida familiar no parecía cambiada por los secuestrados. Llegaban señoras <strong>de</strong>sconocidas<br />

que las trataban como parientes y les regalaban medallas y estampas <strong>de</strong> santos milagrosos<br />

para que los ayudaran a salir libres. Llegaban familias enteras con niños y perros que<br />

retozaban por los cuartos. Lo malo era la impiedad <strong>de</strong>l clima. Las pocas veces que<br />

calentaba el sol no podían salir a tomarlo porque siempre había hombres trabajando. O, tal<br />

vez, guardianes disfrazados <strong>de</strong> albañiles. Diana y Azucena se tomaron fotos recíprocas,<br />

cada <strong>un</strong>a en su cama, y no se les notaba todavía ningún cambio físico. En otra que le<br />

tomaron a Diana tres meses más tar<strong>de</strong> estaba <strong>de</strong>macrada y envejecida.<br />

El 19 <strong>de</strong> setiembre, cuando se enteró <strong>de</strong> los <strong>secuestro</strong>s <strong>de</strong> Marina Montoya y Francisco<br />

Santos, Diana comprendió -sin los elementos <strong>de</strong> juicio que se tenían afuera- que el suyo no<br />

era <strong>un</strong> acto aislado, como lo pensó al principio, sino <strong>un</strong>a operación política <strong>de</strong> enormes<br />

proyecciones hacia el futuro para presionar los términos <strong>de</strong> la entrega. Don Pacho se lo<br />

confirmó: había <strong>un</strong>a lista selecta <strong>de</strong> periodistas y personalida<strong>de</strong>s que serían secuestrados a<br />

medida que fuera necesario para los intereses <strong>de</strong> los secuestradores. Fue entonces cuando<br />

<strong>de</strong>cidió llevar <strong>un</strong> diario, no tanto para narrar sus días como para consignar sus estados <strong>de</strong><br />

ánimo y sus apreciaciones <strong>de</strong> los hechos. De todo: anécdotas <strong>de</strong>l cautiverio, análisis<br />

políticos, observaciones humanas, diálogos sin respuesta con su familia o con Dios, la<br />

Virgen y el Divino Niño. Varias veces hizo transcripciones completas <strong>de</strong> oraciones -entre<br />

ellas el Padre Nuestro y el Avemaría como <strong>un</strong>a forma original y tal vez más prof<strong>un</strong>da <strong>de</strong><br />

rezar por escrito.<br />

Es evi<strong>de</strong>nte que Diana no pensaba en <strong>un</strong> texto para publicar sino en <strong>un</strong> memorando político<br />

y humano que la dinámica misma <strong>de</strong> los hechos convirtió en <strong>un</strong>a <strong>de</strong>sgarradora conversación<br />

consigo misma. Lo escribió con su caligrafía redonda y gran<strong>de</strong>, <strong>de</strong> presencia nítida pero<br />

difícil <strong>de</strong> <strong>de</strong>scifrar, que llenaba por completo las interlíneas <strong>de</strong>l cua<strong>de</strong>rno <strong>de</strong> escolar. Al<br />

principio escribía a escondidas en las horas <strong>de</strong> la madrugada, pero cuando los guardianes la<br />

<strong>de</strong>scubrieron, le suministraban suficiente papel y lápiz para mantenerla ocupada mientras<br />

ellos dormían.<br />

La primera anotación la hizo el 27 <strong>de</strong> setiembre, <strong>un</strong>a semana <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l <strong>secuestro</strong> <strong>de</strong><br />

Marina y Pacho, y <strong>de</strong>cía: «Des<strong>de</strong> el miércoles 19, día en que vino el responsable <strong>de</strong> esta<br />

operación, han pasado tantas cosas que no tengo alientos». Se preg<strong>un</strong>taba por qué su<br />

<strong>secuestro</strong> no había sido reivindicado por sus autores, y se contestó que quizás lo hacían para<br />

po<strong>de</strong>r asesinarlos sin escándalo público en caso <strong>de</strong> que no sirvieran a sus propósitos. «Así<br />

lo entiendo y me lleno <strong>de</strong> horror», escribió. Se preocupaba por el estado <strong>de</strong> sus compañeros<br />

más que por el suyo y por las <strong>noticia</strong>s <strong>de</strong> cualquier fuente que le permitieran sacar<br />

conclusiones <strong>de</strong> su situación. Siempre fue <strong>un</strong>a católica practicante, como toda su familia, y<br />

en especial la madre, y su <strong>de</strong>voción se iría haciendo más intensa y prof<strong>un</strong>da con el paso <strong>de</strong>l<br />

tiempo, hasta alcanzar estados <strong>de</strong> misticismo. Rogaba a Dios y a la Virgen por todo el que<br />

tuviera algo que ver con su vida, inclusive por Pablo Escobar. «Tal vez él necesite más <strong>de</strong><br />

tu ayuda», le escribió a Dios en su diario. «Sé <strong>de</strong> tu impulso <strong>de</strong> hacerle ver el bien para que<br />

evite más dolor, y te pido por él para que entienda nuestra situación. »<br />

Lo más difícil para todos, sin duda, fue apren<strong>de</strong>r a convivir con los guardianes. Los <strong>de</strong><br />

Maruja y Beatriz eran cuatro jóvenes sin ning<strong>un</strong>a formación, brutales e inestables, que se<br />

turnaban <strong>de</strong> dos en dos cada doce horas, sentados en el piso y con las metralletas listas.<br />

Todos con camisetas <strong>de</strong> propaganda comercial, zapatos <strong>de</strong> tenis y pantalones cortos que a<br />

veces eran recortados por ellos mismos con tijeras <strong>de</strong> podar. Uno <strong>de</strong> los dos que entraban a<br />

las seis <strong>de</strong> la mañana seguía durmiendo hasta las nueve mientras el otro vigilaba, pero casi<br />

siempre se quedaban dormidos los dos al mismo tiempo. Maruja y Beatriz habían pensado

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!