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gabriel-garcc3ada-mc3a1rquez-noticia-de-un-secuestro

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caligrafía natural <strong>un</strong> tanto pueril, y no sólo firmaba con su nombre y su rúbrica, sino que los<br />

remachaba con la huella <strong>de</strong>l pulgar. En el tiempo <strong>de</strong> los <strong>secuestro</strong>s <strong>de</strong> periodistas hubiera<br />

sido razonable poner en duda su misma existencia. Era posible que los Extraditables no<br />

fueran más que <strong>un</strong> seudónimo suyo, pero también era posible lo contrario: tal vez el nombre<br />

y la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> Pablo Escobar no fueran sino <strong>un</strong>a advocación <strong>de</strong> los Extraditables. Sus<br />

com<strong>un</strong>icados <strong>de</strong> estilo ejemplar y cautelas perfectas llegaron a parecerse tanto a la verdad<br />

que se conf<strong>un</strong>dían con ella.<br />

Guido Parra parecía siempre preparado para ir más allá <strong>de</strong> lo que los Extraditables<br />

proponían por escrito. Pero había que leerlo con lupa. Lo que en realidad buscaba para su<br />

clientela era <strong>un</strong> tratamiento político similar al <strong>de</strong> las guerrillas. A<strong>de</strong>más planteaba <strong>de</strong> frente<br />

la internacionalización <strong>de</strong>l problema <strong>de</strong> los narcóticos con la propuesta <strong>de</strong> apelar a la<br />

participación <strong>de</strong> las Naciones Unidas. Sin embargo, ante la negativa rot<strong>un</strong>da <strong>de</strong> Santos y<br />

Turbay, les propuso diversas fórmulas alternativas. Así se inició <strong>un</strong> proceso tan largo como<br />

estéril, que terminaría por enredarse en <strong>un</strong> callejón sin salida.<br />

Santos y Turbay hicieron contacto personal con el presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la república <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />

seg<strong>un</strong>da com<strong>un</strong>icación. Gaviria los recibió a las ocho y media <strong>de</strong> la noche en la salita <strong>de</strong> la<br />

biblioteca privada. Estaba más sereno que <strong>de</strong> costumbre, y con <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> conocer <strong>noticia</strong>s<br />

nuevas <strong>de</strong> los rehenes. Turbay y Santos lo pusieron al corriente <strong>de</strong> las dos cartas <strong>de</strong> ida y<br />

vuelta y <strong>de</strong> la mediación <strong>de</strong> Guido Parra.<br />

-Mal enviado -dijo el presi<strong>de</strong>nte-. Muy inteligente, buen abogado, pero sumamente<br />

peligroso. Eso sí, tiene todo el respaldo <strong>de</strong> Escobar.<br />

Leyó las cartas con la fuerza <strong>de</strong> concentración que impresionaba a todos: como si se hiciera<br />

invisible. Sus comentarios estaban listos y completos al terminar, y con las conjeturas<br />

pertinentes a las que no les sobraba <strong>un</strong>a palabra. Les contó que ningún cuerpo <strong>de</strong><br />

inteligencia tenía la menor i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> dón<strong>de</strong> podían tenerlos. Así que lo nuevo para el<br />

presi<strong>de</strong>nte fue la confirmación <strong>de</strong> que estaban en po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> Pablo Escobar.<br />

Gaviria dio aquella noche <strong>un</strong>a prueba <strong>de</strong> su maestría para poner todo en duda antes <strong>de</strong><br />

adoptar <strong>un</strong>a <strong>de</strong>terminación final. Creía en la posibilidad <strong>de</strong> que las cartas fueran falsas, <strong>de</strong><br />

que Guido Parra estuviera haciendo <strong>un</strong> juego ajeno, e inclusive <strong>de</strong> que todo fuera <strong>un</strong>a<br />

jugada <strong>de</strong> alguien que no tenía nada que ver con Escobar. Sus interlocutores salieron menos<br />

alentados que cuando entraron, pues, -al parecer, el presi<strong>de</strong>nte consi<strong>de</strong>raba el caso como <strong>un</strong><br />

grave problema <strong>de</strong> Estado con muy poco margen para sus sentimientos personales.<br />

Una dificultad principal para <strong>un</strong> acuerdo era que Escobar iba cambiando las condiciones<br />

según la evolución <strong>de</strong> sus problemas, para <strong>de</strong>morar los <strong>secuestro</strong>s y obtener ventajas<br />

adicionales e imprevistas, mientras la Asamblea Constituyente se pron<strong>un</strong>ciaba sobre la<br />

extradición, y tal vez sobre el indulto. Esto n<strong>un</strong>ca estuvo claro en la correspon<strong>de</strong>ncia astuta<br />

que Escobar mantenía con las familias <strong>de</strong> los secuestrados. Pero sí lo estaba en la muy<br />

secreta que mantenía con Guido Parra para instruirlo sobre el movimiento estratégico y las<br />

perspectivas a largo plazo <strong>de</strong> la negociación. «Es bueno que tú le transmitas todas las<br />

inquietu<strong>de</strong>s a Santos para que esto no se nos enre<strong>de</strong> más -le <strong>de</strong>cía en <strong>un</strong>a carta-. Esto <strong>de</strong>bido<br />

a que tiene que quedar escrito y <strong>de</strong>cretado que no se nos extraditará en ningún caso y por<br />

ningún <strong>de</strong>lito y a ningún país. » También exigía precisiones en el requisito <strong>de</strong> la confesión<br />

para la entrega. Otros dos p<strong>un</strong>tos primordiales eran la vigilancia en la cárcel especial, y la<br />

seguridad <strong>de</strong> sus familias y sus secuaces.

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