gabriel-garcc3ada-mc3a1rquez-noticia-de-un-secuestro
gabriel-garcc3ada-mc3a1rquez-noticia-de-un-secuestro
gabriel-garcc3ada-mc3a1rquez-noticia-de-un-secuestro
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
que no <strong>de</strong>bía <strong>de</strong>cirle era cualquier dato que permitiera i<strong>de</strong>ntificar el lugar don<strong>de</strong> ellas<br />
estaban. Beatriz lo resintió.<br />
-¿Es que usted no confía en mi hermano?<br />
-Más que en nadie en este m<strong>un</strong>do -dijo Maruja-, pero este compromiso es entre usted y yo,<br />
y nadie más. Usted me respon<strong>de</strong> <strong>de</strong> que nadie lo sepa.<br />
Su temor era f<strong>un</strong>dado. Conocía el carácter impulsivo <strong>de</strong> su esposo, y quería evitar por el<br />
bien <strong>de</strong> ambos y <strong>de</strong> todos que intentara <strong>un</strong> rescate con la fuerza pública. Otro mensaje a<br />
Alberto era que consultara si la medicina que tomaba ella para la circulación no tenía<br />
efectos sec<strong>un</strong>darios. El resto <strong>de</strong> la noche se les fue preparando <strong>un</strong> sistema más eficaz para<br />
cifrar los mensajes por radio y televisión, y para el caso <strong>de</strong> que en el futuro autorizaran la<br />
correspon<strong>de</strong>ncia escrita. Sin embargo, en el fondo <strong>de</strong> su alma estaba dictando <strong>un</strong><br />
testamento: qué <strong>de</strong>bía hacerse con los hijos, con sus antigüeda<strong>de</strong>s, con las cosas com<strong>un</strong>es<br />
que merecían <strong>un</strong>a atención especial. Fue tan vehemente, que <strong>un</strong>o <strong>de</strong> los guardianes que la<br />
oyó se apresuró a <strong>de</strong>cirle.<br />
-Tranquila -le dijo-. A usted no le va a pasar nada.<br />
Al día siguiente esperaron con mayor ansiedad, pero nada pasó. Siguieron conversando<br />
durante la tar<strong>de</strong>. Por fin, a las siete <strong>de</strong> la noche, la puerta se abrió <strong>de</strong> golpe y entraron los<br />
dos jefes conocidos, y <strong>un</strong>o nuevo, y se dirigieron <strong>de</strong> frente a Beatriz:<br />
-Venimos por usted, alístese.<br />
Beatriz se aterrorizó con aquella repetición terrorífica <strong>de</strong> la noche en que se llevaron a<br />
Marina: la misma puerta que se abrió, la misma frase que podía servir por igual para ser<br />
libre que para morir, el mismo enigma sobre su <strong>de</strong>stino. No entendía por qué a Marina,<br />
como a ella, le habían dicho: «Venimos por usted», en vez <strong>de</strong> lo que ella ansiaba oír:<br />
«Vamos a liberarla». Tratando <strong>de</strong> provocar la respuesta con <strong>un</strong> golpe <strong>de</strong> astucia, preg<strong>un</strong>tó:<br />
-¿Me van a liberar con Marina?<br />
Los dos jefes se crisparon.<br />
-¡No haga preg<strong>un</strong>tas! -le respondió <strong>un</strong>o <strong>de</strong> ellos con <strong>un</strong> gruñido áspero-. ¡Yo qué voy a<br />
saber <strong>de</strong> eso!<br />
Otro, más persuasivo, remató:<br />
-Una cosa no tiene nada que ver con la otra. Esto es político.<br />
La palabra que Beatriz ansiaba -liberación- se quedó sin ser dicha. Pero el ambiente era<br />
alentador. Los jefes no tenían prisa. Damaris, con <strong>un</strong>a minifalda <strong>de</strong> colegiala, les llevó<br />
gaseosas y <strong>un</strong> ponqué para la <strong>de</strong>spedida. Hablaron <strong>de</strong> la <strong>noticia</strong> <strong>de</strong>l día que las cautivas<br />
ignoraban: habían secuestrado en Bogotá, en operaciones separadas, a los industriales<br />
Lorenzo King Mazuera y Eduardo Puyana, al parecer por los Extraditables. Pero también<br />
les contaron que Pablo Escobar estaba ansioso por entregarse al cabo <strong>de</strong> tanto tiempo <strong>de</strong><br />
vivir al azar. Inclusive, se <strong>de</strong>cía, en las alcantarillas. Prometieron llevar el televisor y el<br />
radio esa misma noche para que Maruja pudiera ver a Beatriz ro<strong>de</strong>ada por su familia.