gabriel-garcc3ada-mc3a1rquez-noticia-de-un-secuestro
gabriel-garcc3ada-mc3a1rquez-noticia-de-un-secuestro
gabriel-garcc3ada-mc3a1rquez-noticia-de-un-secuestro
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
dijo. Pero Villamizar podía estar seguro <strong>de</strong> que ni a él ni a nadie <strong>de</strong> su familia volvería a<br />
pasarle nada <strong>de</strong> allí en a<strong>de</strong>lante.<br />
-Yo estaré aquí quién sabe hasta cuándo -dijo-, pero todavía tengo muchos amigos, <strong>de</strong><br />
modo que si alg<strong>un</strong>o <strong>de</strong> los suyos se siente inseguro, si alguien se va a meter con uste<strong>de</strong>s,<br />
mán<strong>de</strong>melo a <strong>de</strong>cir y nada más. Usted me cumplió y yo le cumplo, muchas gracias. Es<br />
palabra <strong>de</strong> honor.<br />
Antes <strong>de</strong> <strong>de</strong>spedirse, Escobar le pidió a Villamizar el último favor <strong>de</strong> tranquilizar a su<br />
madre y a su esposa, que estaban al bor<strong>de</strong> <strong>de</strong> la conmoción. Villamizar lo hizo sin muchas<br />
ilusiones, pues ambas estaban convencidas <strong>de</strong> que aquel ceremonial era <strong>un</strong>a trampa<br />
siniestra <strong>de</strong>l gobierno para asesinar a Escobar <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la cárcel. Por último entró en el<br />
<strong>de</strong>spacho <strong>de</strong>l director y marcó <strong>de</strong> memoria el número 284 33 00 <strong>de</strong>l palacio presi<strong>de</strong>ncial,<br />
para que localizaran a Rafael Pardo don<strong>de</strong> se encontrara.<br />
Estaba en la oficina <strong>de</strong>l consejero <strong>de</strong> Prensa, Mauricio Vargas, quien contestó al teléfono y<br />
le pasó la bocina sin comentarios. Pardo reconoció la voz grave y calmada, pero esta vez<br />
con <strong>un</strong> halo radiante.<br />
-Doctor Pardo -dijo Villamizar-, aquí le tengo a Escobar en la cárcel.<br />
Pardo -quizás por primera vez en su vida- recibió la <strong>noticia</strong> sin pasarla por el filtro <strong>de</strong> la<br />
duda.<br />
-¡Qué maravilla! -dijo.<br />
Hizo <strong>un</strong> comentario rápido que Mauricio Vargas no trató siquiera <strong>de</strong> interpretar, colgó el<br />
teléfono, y entró sin tocar en la oficina <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>nte. Vargas, que es <strong>un</strong> periodista <strong>de</strong><br />
nacimiento las veinticuatro horas <strong>de</strong>l día, sospechó por la prisa y la <strong>de</strong>mora <strong>de</strong> Pardo que<br />
<strong>de</strong>bía tratarse <strong>de</strong> algo gran<strong>de</strong>. No tuvo nervios para esperar más <strong>de</strong> cinco minutos. Entró en<br />
la oficina <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>nte sin an<strong>un</strong>ciarse, y lo encontró riéndose a carcajadas <strong>de</strong> algo que<br />
Pardo acababa <strong>de</strong> <strong>de</strong>cirle. Entonces lo supo. Mauricio pensó con alegría en el tropel <strong>de</strong><br />
periodistas que <strong>de</strong> <strong>un</strong> momento a otro irrumpirían en su oficina, y miró el reloj. Eran las<br />
cuatro y media <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong>. Dos meses <strong>de</strong>spués, Rafael Pardo sería el primer civil nombrado<br />
ministro <strong>de</strong> la Defensa, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> cincuenta años <strong>de</strong> ministros militares.<br />
Pablo Emilio Escobar Gaviria había cumplido cuarenta y <strong>un</strong> años en diciembre. De acuerdo<br />
con el examen médico <strong>de</strong> rigor al ingresar en la cárcel, su estado <strong>de</strong> salud era el <strong>de</strong> «<strong>un</strong><br />
hombre joven en condiciones normales físicas y mentales». La única observación extraña<br />
fue <strong>un</strong>a congestión en la mucosa nasal y algo como la cicatriz <strong>de</strong> <strong>un</strong>a cirugía plástica en la<br />
nariz, pero él la explicó como <strong>un</strong>a lesión juvenil durante <strong>un</strong> partido <strong>de</strong> fútbol.<br />
El acta <strong>de</strong> entrega vol<strong>un</strong>taria la firmaron el director nacional y la directora regional <strong>de</strong><br />
Instrucción Criminal, y el procurador <strong>de</strong>legado para los Derechos Humanos. Escobar<br />
respaldó su firma con la huella digital <strong>de</strong>l pulgar y el número <strong>de</strong> su cédula extraviada:<br />
8.345.766 <strong>de</strong> Envigado. El secretario, Carlos Alberto Bravo, <strong>de</strong>jó <strong>un</strong>a constancia al final <strong>de</strong>l<br />
documento: «Una vez firmó el acta, el señor Pablo Emilio Escobar solicitó que firmara la<br />
presente el doctor Alberto Villamizar Cár<strong>de</strong>nas, quien firma». Villamizar firmó a<strong>un</strong>que<br />
n<strong>un</strong>ca le dijeron a título <strong>de</strong> qué.<br />
Terminada la diligencia, Pablo Escobar se <strong>de</strong>spidió <strong>de</strong> todos y entró en la celda don<strong>de</strong> iba a<br />
vivir tan ocupado como siempre en sus as<strong>un</strong>tos y negocios, y a<strong>de</strong>más con el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l<br />
Estado al servicio <strong>de</strong> su sosiego doméstico y su seguridad. Des<strong>de</strong> el día siguiente, sin