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Presentación
Francisco de Goya realiza las planchas de Los Desastres de la Guerra entre los años 1810 y 1814, sin duda impresionado
por la convulsión en la que se ha visto envuelta España y por las escenas terribles que seguramente presenció
o le refirieron. Desgraciadamente esta denuncia de los horrores vividos no pudo verla materializada en vida ya que,
por inconveniencia política, no fueron editados hasta 1863, ya fallecido el pintor.
Nunca hasta entonces la guerra, sus consecuencias, habían sido retratadas con tanta crudeza. Jamás un artista hasta
entonces había narrado de forma tan precisa la brutalidad, el exceso, la arbitrariedad; en suma: lo que significa la guerra
y sus consecuencias. Goya se convirtió, de esta forma, en cronista y reportero gráfico del desastre.
Hoy sabemos que la intención del pintor no era solamente denunciar una guerra concreta, la de la Independencia. Su
denuncia trascendía el hecho histórico del que había sido testigo excepcional e invitaba a una reflexión general sobre
la violencia sin medida y sentido, fuera del tiempo y de la circunstancia. Francisco de Goya utiliza un pretexto para
advertirnos sobre la barbarie, la miseria, la sinrazón y el odio que anida en el corazón del hombre y sobre las consecuencias
de todo ello.
Ibercaja aporta, de nuevo, una «Mirada de Goya» como triste memoria de lo acontecido en nuestro país hace doscientos
años alrededor de unas imágenes tan terribles como didácticas grabadas por el Genio de Fuendetodos, aportación que
realiza con voluntad de recorrer todo el territorio patrio que, en su día, también fue testigo vivo de estos Desastres de
la Guerra que desgraciadamente se siguen repitiendo hoy en otros lugares del mundo, pero que todos deseamos que
no vuelvan a ocurrir en ningún lugar del orbe.
Ibercaja
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