ÍndiceIBERCAJA - Ibercaja Obra Social
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mada por 85 grabados, y Goya le puso el título manuscrito de «Fatales consequencias de la sangrienta guerra de España<br />
con Buonaparte. Y otros caprichos enfáticos, en 85 estampas. Inventadas, dibuxadas y grabadas por el pintor original<br />
D. Francisco de Goya y Lucientes. En Madrid», al que posteriormente se agregó otro comentario en el que se dice que<br />
ese ejemplar se encuadernó y fue entregado por Goya a Ceán Bermúdez para que éste corrigiese los epígrafes y la portada,<br />
y que los epígrafes eran de mano de Goya.<br />
Lamentablemente, «Los Desastres de la Guerra» no serían publicados en vida de Goya, pues las circunstancias políticas<br />
no lo permitieron. Las planchas quedaron guardadas en la Quinta del Sordo y a la muerte de Goya pasaron a su<br />
hijo Javier, y de éste a su nieto Mariano, quien las vendió a Jaime Machén, y éste, a su vez, en octubre de 1862 a<br />
la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Esta institución sería la que, unos 50 años después de su realización,<br />
hiciese en marzo de 1863 la primera edición de los que serían llamados desde entonces «Desastres de la Guerra»,<br />
encargándose de su edición el estampador Laurenciano Potenciano. En ella, que ha sido considerada la canónica<br />
y de referencia, sólo se incluyeron 80 grabados. De esa primera edición posee <strong>Ibercaja</strong> una colección, procedente del<br />
fondo del Dr. Luis Pérez-Serrano García, gran bibliófilo zaragozano especializado en Goya, que falleció en noviembre<br />
de 1997. Dos grabados más, con los números 81 y 82, que aparecían al final del ejemplar que poseyó Ceán Bermúdez,<br />
fueron regalados por Paul Lefort a la Academia de San Fernando en 1870; esos dos grabados se imprimieron hacia<br />
1870 y nuevamente en 1957-1958.<br />
La Calcografía Nacional haría cinco nuevas ediciones de los «Desastres» en 1892, 1903, 1906, 1923 y 1930. En<br />
1937, durante la guerra civil de 1936-1939, Rupérez hizo una séptima edición por encargo del Ministerio de Instrucción<br />
Pública y Bellas Artes, y en 1970 la Calcografía Nacional hizo la octava y última edición. La Real Academia de Bellas<br />
Artes de San Fernando tomó en 1985 el acuerdo unánime de no volver a estampar ninguna de las planchas de Goya,<br />
que, tras ser cubiertas con un pulimento plateado, se exponen en el llamado «Gabinete Francisco de Goya» de la Calcografía<br />
Nacional, inaugurado en 1991.<br />
Francisco de Goya era todo un experto en las técnicas del aguafuerte y del aguatinta, utilizadas en la importantísima<br />
serie de «Los Caprichos», realizada entre 1797 y 1799, y publicada ese último año. En «Los Desastres de la Guerra»<br />
abordaba otra gran serie de grabados combinando otras técnicas calcográficas con el aguafuerte, procedimiento que<br />
no falta en ninguno de los grabados de la serie. Pero mientras el aguatinta lo empleó en 17 de esos grabados, la gran<br />
novedad fue la utilización de la aguada en nada menos que 36 de los Desastres. La aguada consistía en aplicar con<br />
un pincel el aguafuerte sobre la plancha, con lo que se obtenían unas suaves matizaciones y efectos tonales en fondos<br />
atmosféricos y también en figuras.<br />
El aguafuerte lo utilizó Goya como única técnica en sólo tres grabados; el aguafuerte combinado con bruñidor en cinco;<br />
el aguafuerte con buril en cuatro; el aguafuerte, la punta seca y el buril en otros cuatro; el aguafuerte, la punta seca,<br />
el buril y el bruñidor en siete grabados. Esas combinaciones de procedimientos más habituales o tradicionales dentro<br />
del grabado calcográfico permitían conseguir efectos de mayor intensidad de los negros y fuertes claroscuros, que conferían<br />
mayor dramatismo y violencia expresiva a las figuras y a las escenas.<br />
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