ÍndiceIBERCAJA - Ibercaja Obra Social
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Goya durante ese año de 1813 terminaría los dibujos preparatorios de los «Desastres» que reflejaban el hambre y la<br />
miseria de Madrid de los dos años anteriores. La escasez de planchas para grabar durante la ocupación francesa haría,<br />
seguramente, que el proceso de grabado de esos dibujos preparados no se pudiese llevar a cabo hasta el otoño de 1813<br />
y los primeros meses de 1814. Es muy posible que la mayoría de los 65 primeros grabados que conformarán la serie<br />
de los «Desastres» cuando se publique en 1863 los tuviese ya preparados Goya antes de mayo de 1814, en que la<br />
vuelta de Fernando VII a Madrid, con sus decretos de supresión de la Constitución liberal de 1812, de las Cortes de<br />
Cádiz y de sus decretos, así como la persecución y detención de los principales diputados liberales, hicieron imposible<br />
la publicación de esa colección, que tuvo que posponerse a la espera de una nueva situación política favorable.<br />
La nueva política absolutista y represora de Fernando VII, con la restauración del Antiguo Régimen y la persecución de<br />
los liberales llevaría a Goya a hacer el último bloque de grabados (del 65 al 80) de la colección de los «Desastres»,<br />
los llamados «Caprichos enfáticos», alusivos a la nueva situación política, con la vuelta de las sombras y de las tinieblas,<br />
del absolutismo y la falta de libertades, de los privilegios estamentales, de la Inquisición, de las supersticiones y<br />
de la ocultación de la verdad.<br />
La realización de «Los Desastres de la Guerra» (1809-1815)<br />
y su tardía edición (1863). Aspectos técnicos<br />
Como ya se ha ido comentando en el apartado anterior, la serie de grabados que acabaron denominándose «Los Desastres<br />
de la Guerra» fueron realizados por Goya en un período largo de tiempo, entre 1809 y 1815, aproximadamente,<br />
sin que el artista aragonés tuviera de idea preconcebida de cuántos grabados la integrarían, algo que decidió al final<br />
del proceso, y qué temáticas recogería en sus imágenes y contenidos, pues no forman una unidad, si bien se aprecian<br />
tres partes o bloques temáticos.<br />
Lo más seguro es que a su vuelta a Madrid desde Zaragoza, con todas las experiencias vividas en la capital aragonesa<br />
y durante el accidentado y peligroso viaje de ida y vuelta, Goya empezase a preparar los dibujos que luego pasaría a<br />
planchas, por lo que se refiere a los grabados relativos a motivos bélicos, de represión y violencia. Aparte de dibujos<br />
que él portase consigo de los que había hecho en Zaragoza, al poco de hallarse de nuevo en Madrid, a últimos de 1808<br />
y durante todo el año 1809, realizaría la mayor parte de los dibujos preparatorios de esos asuntos.<br />
Los dibujos de los «Desastres» pertenecieron a la familia Goya, hasta que mediada la década de 1850 Valentín Carderera<br />
los adquirió mediante compra al nieto de Goya, Mariano Goya. De Valentín Carderera pasaron a su sobrino<br />
Mariano Carderera, que en noviembre de 1886 los vendió al Museo del Prado, donde se conservan. La mayoría de esos<br />
dibujos preparatorios, 56 en concreto, están hechos sólo a sanguina, con soltura y precisión, de manera que hay escasas<br />
diferencias entre el dibujo y la versión definitiva que grabó Goya, salvo en algunos detalles secundarios. Unos pocos<br />
dibujos, ocho de ellos, están ejecutados con aguada, pluma, carboncillo y lápiz, combinados de formas distintas.<br />
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