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Técnicas de grabado utilizadas por Goya
en la serie de «Los Desastres de la Guerra»
ARTURO ANSÓN NAVARRO. UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA ARTURO ANSÓN NAVARRO. UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA
Cuando Goya realizó la serie de grabados conocida como «Los Desastres de la Guerra», entre 1809 y 1815, era ya
un experto grabador, pues una década antes había hecho la importantísima y amplia serie de los «Caprichos», publi-
cada en 1799. En los «Desastres» también utilizó como técnica general, presente en todos ellos, la del aguafuerte,
que combinó, según los efectos que quería conseguir, con otras técnicas de grabado calcográfico (sobre plancha de
cobre), como el buril, la punta seca, el bruñidor, el aguatinta y, especialmente en esta serie, la aguada.
Combinando el aguafuerte con el buril, la punta seca y el bruñidor, tradicionales dentro del grabado calcográfico, Goya
consiguió efectos de mayor intensidad de los negros y fuertes claroscuros, que daban mayor dramatismo y violencia
expresiva a las figuras y a las escenas. La combinación de aguafuerte y aguada, asociadas a la punta seca, el buril,
con toques de bruñidor, y en algunos casos con el aguatinta, será la más habitual. Con esa asociación consiguió el
pintor aragonés escenas con efectos más pictoricistas, con abundantes matizaciones plásticas y tonales. Así pues,
según las sensaciones que quisiera transmitir en sus escenas, Goya elegía unas técnicas de grabado u otras. Veamos,
brevemente, cuáles eran esas técnicas que utilizó en «Los Desastres de la Guerra».
El grabado calcográfico utilizado por Goya en los «Desastres» se hace sobre una plancha de cobre (en otros casos
de cinc, o de acero), mediante talla del dibujo a representar en hueco. Las líneas del dibujo se hacen sobre la plan-
cha, con un instrumento con punta, el buril, o bien mediante un procedimiento químico, el aguafuerte, o combinando
ambos, como hará Goya. Sobre la plancha de cobre aparecen unos surcos o hendiduras, que después serán relle-
nados por la tinta, que dejará su huella gráfica cuando se proceda a imprimir la plancha grabada sobre el papel,
valiéndose de un rodillo o de un tórculo o prensa para grabar.
La técnica a buril o talla dulce consiste en incidir sobre la plancha de cobre con el buril, instrumento formado
por una barra de acero de sección cuadrada con el vértice o punta cortado a bisel y con afilada punta. Se maneja
con la mano; presionando con el buril se van trazando los dibujos que conformarán el grabado. Si se ejerce una
mayor presión sobre la plancha el surco o hendidura será mayor, por lo que la tinta penetrará en mayor cantidad
y luego dará tonos más intensos sobre el papel; en cambio, una leve incisión permitirá efectos más suaves, menos
intensos.
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