ÍndiceIBERCAJA - Ibercaja Obra Social

Otra técnica e instrumento de trabajo directo es la punta seca. Consiste en hacer las incisiones sobre la plancha de
54
cobre con una aguja de acero de sección circular con la punta aguzada. Se maneja a pulso, manteniéndola en posi-
ción casi vertical, como un lápiz. La profundidad de la incisión dependerá de la presión ejercida, pero no podrán ser
más anchos los trazos. Las limaduras que saca se pueden dejar o eliminar con el rascador.
El aguafuerte es ya una técnica que exige la intervención en el proceso de un componente químico, el ácido nítrico,
que será el que haga el mordiente sobre la plancha de cobre. Para grabar al aguafuerte, en primer lugar, tras lim-
piar bien la plancha, hay que recubrirla con cera, resina o barniz de forma regular, sin dejar partes descubiertas de
la superficie de la plancha. A continuación se procede a hacer o a calcar el dibujo que se quiera representar, valién-
dose para ello de agujas de punta redondeada, de modo que queda el cobre al descubierto en los trazos dibujados,
que serán las partes atacadas por el ácido. Una vez terminado el dibujo, la plancha es sumergida en un baño de
ácido nítrico rebajado con agua, cuya acción corrosiva irá mordiendo o haciendo surco en las partes dibujadas y no
protegidas por la resina, cera o barniz. Del tiempo que actúe el ácido sobre el cobre desprotegido dependerá la mayor
o menor hendidura y, por lo tanto, la mayor amplitud e intensidad de los tonos al introducirse la tinta en los sur-
cos. Por eso, si se quieren trazos suaves y finos, al poco tiempo de estar actuando el ácido deberán recubrirse con
la cera o barniz, mientras que si se quieren de gran intensidad se volverá a sumergir la plancha el tiempo y las veces
que sea necesario hasta conseguir los efectos deseados. Una vez terminado el proceso, se limpiará cuidadosamente
la plancha y se procederá al entintado para su impresión. Es una técnica que exige gran pericia por parte del
grabador.
La aguada, que Goya utilizó en casi la mitad de los «Desastres», consiste en aplicar el aguafuerte (ácido nítrico) con
pincel por aquellas zonas de la plancha no protegidas con cera o barniz. La mayor o menor intensidad de la tinta depen-
derá de la carga de ácido que lleve el pincel, y del número de veces que se pase sobre la superficie desprotegida de
la plancha. Generalmente Goya la utilizó para conseguir suaves efectos atmosféricos y tonales.
El aguatinta, ya utilizada por Goya en los «Caprichos» combinado con el aguafuerte, solía ser un perfecto complemento
de éste. Con él se conseguían matizaciones y distintas intensidades de los fondos aéreos y paisajísticos de las com-
posiciones, o gradaciones tonales en las figuras. La plancha, una vez grabada al aguafuerte, se recubre con una capa
de resina pulverizada en las partes donde se quieran conseguir dichos efectos. Después se calienta para que la resina
quede adherida a la plancha. El calor hace que la resina se aglomere en forma de granitos o motitas, dejando inters-
ticios o separaciones entre ellos al enfriarse. Al sumergirse nuevamente en ácido, esos intersticios serán atacados y mor-
didos, mientras que las zonas recubiertas por los granitos de resina quedarán libres del ataque y darán como resultado
unas zonas granulosas, con un moteado más claro y difuminado en el grabado. El bruñidor permite abrillantar o pulir
aquellas zonas que se quieran aclarar en cuanto a sus tonos.