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El medio pelo en la sociedad argentina.pdf - Stella Maris Córdoba

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Arturo Jauretche <strong>El</strong> <strong>medio</strong> <strong>pelo</strong> <strong>en</strong> <strong>la</strong> <strong>sociedad</strong> arg<strong>en</strong>tina<br />

marginales de <strong>la</strong> historia; el movimi<strong>en</strong>to social tuvo así características propias del país, <strong>en</strong> que se<br />

conjugaron <strong>la</strong> demanda gremial de <strong>la</strong>s reivindicaciones gregarias y <strong>la</strong> individual afirmación de <strong>la</strong>s<br />

posibilidades personales; porque el movimi<strong>en</strong>to social se da <strong>en</strong> un país de frontera interior <strong>en</strong> <strong>la</strong>s<br />

dos dim<strong>en</strong>siones que <strong>la</strong> riqueza <strong>en</strong> expectativa permite, lo mismo que <strong>la</strong> fluidez de <strong>la</strong>s situaciones<br />

de trabajo, originadas <strong>en</strong> una economía de expansión.<br />

EL MEDIO PELO Y LA NUEVA BURGUESÍA<br />

A <strong>la</strong> sombra de esa expansión del mercado interno y el corre<strong>la</strong>tivo desarrollo industrial<br />

surgió una nueva promoción de ricos, distinta a <strong>la</strong> de los propietarios de <strong>la</strong> tierra que v<strong>en</strong>ía de <strong>la</strong>s<br />

c<strong>la</strong>ses medias, y aun del rango de los trabajadores manuales, y se complem<strong>en</strong>taba con una<br />

inmigración reci<strong>en</strong>te de individuos con aptitud técnica para el capitalismo.<br />

Pero esta burguesía recorrió el mismo camino que los propietarios de <strong>la</strong> tierra, pero con<br />

minúscu<strong>la</strong>.<br />

Bajo <strong>la</strong> presión de una superestructura cultural que sólo da <strong>la</strong>s satisfacciones<br />

complem<strong>en</strong>tarias del éxito social según los cánones de <strong>la</strong> vieja c<strong>la</strong>se, buscó ávidam<strong>en</strong>te <strong>la</strong><br />

figuración, el prestigio y el bu<strong>en</strong> tono. No lo fue a buscar como los modelos propuestos lo habían<br />

hecho a París o a Londres. Creyó <strong>en</strong>contrar<strong>la</strong> <strong>en</strong> <strong>la</strong> boite de lujo, <strong>en</strong> los departam<strong>en</strong>tos del Barrio<br />

Norte, <strong>en</strong> los clubes supuestam<strong>en</strong>te aristocráticos y malbarató su posición burguesa a cambio de<br />

una simu<strong>la</strong>da situación social. No quiso ser guaranga, como corresponde a una burguesía <strong>en</strong><br />

asc<strong>en</strong>so, y fue tilinga, como corresponde a <strong>la</strong> imitación de una aristocracia.<br />

Eso <strong>la</strong> hizo incapaz de e<strong>la</strong>borar su propio ideario <strong>en</strong> correspond<strong>en</strong>cia con <strong>la</strong> transformación<br />

que se operaba <strong>en</strong> el país, hasta el punto que los trabajadores tuvieron más c<strong>la</strong>ra conci<strong>en</strong>cia del<br />

papel que les tocaba jugar a esa c<strong>la</strong>se. Basta leer, después de 1955, <strong>la</strong> literatura sindical y <strong>la</strong> de <strong>la</strong><br />

burguesía —con <strong>la</strong> so<strong>la</strong> excepción parcial de <strong>la</strong> CGE— para verificarlo.<br />

Esta nueva burguesía evadió gran parte de sus recursos hacia <strong>la</strong> constitución de<br />

propiedades territoriales y cabañas que le abrieran el status de asc<strong>en</strong>so al p<strong>la</strong>no social que buscaba.<br />

Fue incapaz de compr<strong>en</strong>der que su lucha con el sindicato era a su vez <strong>la</strong> garantía del mercado que<br />

su industria estaba abasteci<strong>en</strong>do y que todo el sistema económico que le molestaba, <strong>en</strong> cuanto<br />

significaba trabas a su libre disposición, era el que le permitía g<strong>en</strong>erar los bi<strong>en</strong>es de que estaba<br />

disponi<strong>en</strong>do. Pero, ¿cómo iba a compr<strong>en</strong>derlo si no fue capaz de compr<strong>en</strong>der que los chismes, <strong>la</strong>s<br />

injurias y los dicterios que repetía contra los "nuevos" de <strong>la</strong> política o del gremio eran también<br />

dirigidos a su propia exist<strong>en</strong>cia? Así asimiló todos los prejuicios y todas <strong>la</strong>s consignas de los<br />

terrat<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes, que eran sus <strong>en</strong>emigos naturales, sin compr<strong>en</strong>der que los chistes, <strong>la</strong>s injurias y los<br />

dicterios también eran válidos para el<strong>la</strong>. Como los propietarios de <strong>la</strong> tierra <strong>en</strong> su oportunidad,<br />

perdió el rumbo. Pero no se extravió como <strong>la</strong> vieja c<strong>la</strong>se <strong>en</strong> los altos niveles del gran mundo<br />

internacional. Se extravió aquí nomás, <strong>en</strong>tre San Isidro y La Recoleta, y no <strong>la</strong> llevaron de <strong>la</strong> mano<br />

los grandes señores de <strong>la</strong> aristocracia europea, sino unos primos pobres de <strong>la</strong> oligarquía que<br />

jugaron ante el<strong>la</strong> el papel de vieja c<strong>la</strong>se.<br />

<strong>El</strong> tema del "<strong>medio</strong> <strong>pelo</strong>" es un filón inagotable para humoristas del lápiz y de <strong>la</strong> pluma.<br />

Tanto han "cargado" éstos que parece inexplicable <strong>la</strong> subsist<strong>en</strong>cia de <strong>la</strong> actitud que lo caracteriza.<br />

Esto reve<strong>la</strong> que se trata de algo más que una de esas modas pasajeras que constituyan <strong>la</strong>s<br />

frivolidades de nuestra tilinguería; es que estamos <strong>en</strong> pres<strong>en</strong>cia de un verdadero status<br />

correspondi<strong>en</strong>te a un grupo social ya conformado.<br />

Si este grupo social estuviera ais<strong>la</strong>do no t<strong>en</strong>dría importancia y hasta podríamos agradecerle<br />

<strong>la</strong> diversión que nos proporciona su espectáculo; pero lo grave es que ejerce magisterio y se<br />

exti<strong>en</strong>de hasta ir absorbi<strong>en</strong>do <strong>la</strong> nueva burguesía y parte de <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se media con sus pautas de<br />

imitación, con su calcomanía de una supuesta aristocracia, y esto perjudica al país <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to<br />

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