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Nuestra democracia.pdf - Programa de las Naciones Unidas para el ...

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100 CRISIS EN LA REPRESENTACIÓN<br />

soberanía y, a menudo, transforma la actividad política en una competencia <strong>para</strong><br />

cooptar <strong>el</strong> voto, incluso ilegalmente, alejándola aún más <strong>de</strong>l i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> la competencia<br />

programática.<br />

■ La <strong>de</strong>sigualdad <strong>de</strong> oportunida<strong>de</strong>s entre los partidos. Existe una notoria falta <strong>de</strong><br />

equidad entre los partidos políticos en sus posibilida<strong>de</strong>s <strong>para</strong> transmitir sus programas<br />

a los votantes. Algunos partidos cuentan con muchos recursos —públicos o privados—<br />

<strong>para</strong> difundir sus propuestas o la imagen <strong>de</strong> sus candidatos, otros no. Algunos<br />

tienen fi nanciamiento <strong>para</strong> lanzar campañas masivas que inundan los medios <strong>de</strong><br />

comunicación, otros apenas pue<strong>de</strong>n hacer oír sus propuestas. Esto distorsiona la competencia<br />

por <strong>el</strong> voto por la vía <strong>de</strong>l acceso diferenciado, inequitativo y <strong>de</strong>sigual a los<br />

recursos <strong>de</strong> campaña.<br />

■ La regulación <strong>de</strong>l fi nanciamiento <strong>de</strong> la actividad política. Mientras que los<br />

dineros <strong>de</strong>l sector privado pue<strong>de</strong>n generar confl ictos <strong>de</strong> intereses <strong>para</strong> los actores<br />

políticos, infl uir en la toma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones <strong>para</strong> su benefi cio particular o incluso<br />

garantizar impunidad, la fi nanciación estatal <strong>de</strong> la actividad política pue<strong>de</strong> ser distorsionada<br />

por <strong>el</strong> sesgo en la asignación <strong>de</strong> los subsidios directos o en <strong>el</strong> acceso a los<br />

medios <strong>de</strong> comunicación estatales, o por la ausencia <strong>de</strong> control.<br />

■ La participación ciudadana y la representación. La participación ciudadana por<br />

medio <strong>de</strong> mecanismos <strong>de</strong> <strong><strong>de</strong>mocracia</strong> directa o por vía <strong>de</strong> <strong>las</strong> activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>las</strong> organizaciones<br />

<strong>de</strong> la sociedad civil u organizaciones no gubernamentales (ong) es vista<br />

a veces como un reto a los partidos ya que pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>bilitar <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> que éstos necesariamente<br />

<strong>de</strong>ben tener en un sistema <strong>de</strong>mocrático. Sin embargo, estas formas <strong>de</strong><br />

participación ciudadana pue<strong>de</strong>n fortalecer los lazos entre representantes y representados.<br />

Esto signifi ca que más participación pue<strong>de</strong> conducir a una mejor representación.<br />

Democracia y representación<br />

La c<strong>el</strong>ebración <strong>de</strong> <strong>el</strong>ecciones periódicas, libres y limpias <strong>para</strong> la <strong>el</strong>ección <strong>de</strong> representantes<br />

populares —una práctica normal en América Latina durante <strong>las</strong> últimas dos<br />

décadas— ha fortalecido la legitimidad <strong>de</strong> origen <strong>de</strong> los gobiernos <strong>de</strong> la región. Sin<br />

embargo, la percepción ciudadana <strong>de</strong> los partidos políticos, los agentes <strong>de</strong> representación<br />

por <strong>de</strong>fi nición y una <strong>de</strong> <strong>las</strong> principales instituciones asociadas a la expresión <strong>de</strong> la<br />

soberanía popular, no es positiva.<br />

Los ciudadanos tienen menos confi anza en los partidos políticos que en cualquiera<br />

<strong>de</strong> <strong>las</strong> otras instituciones principales (véanse gráfi cas 4.1). En todos los países <strong>de</strong> la región,<br />

una gran mayoría <strong>de</strong> los ciudadanos <strong>de</strong>clara rec<strong>el</strong>os respecto <strong>de</strong> los partidos (véanse<br />

gráfi cas 4.2). Entre los analistas, la percepción <strong>de</strong> una crisis <strong>de</strong> los partidos políticos y<br />

hasta <strong>de</strong> una crisis <strong>de</strong> representación se ha vu<strong>el</strong>to común.<br />

Éste no es un fenómeno exclusivo <strong>de</strong> la región. En efecto, la <strong>de</strong>sconfi anza en los partidos<br />

es casi universal, aunque sus causas son diversas. Cifras similares se encuentran

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