Lectura y bibliotecas escolares - OEI
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Educación y cultura: conveniencias y posibilidades de una política pública integrada de lectura<br />
Agencias Nacionales del ISBN en abril de 2007, pese al grado de dificultades del negocio marcado<br />
por los cambios tecnológicos y por la concentración. Del total, el 90% de estas pertenecen al<br />
sector privado: 16.561 en 20 países de la región, demostrando una importante fortaleza del sector<br />
como un todo, ya que la industria editorial es parte fundamental en la alimentación de la cadena<br />
de lectura y de formación 5 .<br />
El conjunto de los factores aquí señalados y de muchos otros no citados hace valer, en el momento<br />
histórico que vivimos, una conclusión ya antigua de los expertos que luchan desde hace muchos<br />
años por el desarrollo de la capacidad lectora de nuestros pueblos: el acceso a la lectura y a la<br />
escritura en la sociedad del conocimiento es una cuestión de derecho de la ciudadanía, y la responsabilidad<br />
de hacer valer esos derechos es un deber de los Estados democráticamente constituidos.<br />
En su texto para la introducción al PNLL, el ex ministro de Cultura de Brasil, Gilberto Gil, afirma<br />
con mucha propiedad con respecto al derecho a la lectura:<br />
“Por esta razón básica encaramos el conjunto de políticas que posibilitan la ampliación del acceso al<br />
libro y a la lectura como política fundamental para la construcción plena de la ciudadanía en nuestros<br />
países. Acompañamos en ello a la ONU, que, en su Informe de Desarrollo Humano, incluyó el acceso<br />
a bienes, servicios y equipamientos culturales como componente del Índice de Desarrollo Humano.<br />
El IDH, a partir de entonces, pone la cultura al lado de la educación, de la salud y de otras cuestiones<br />
vitales. La cultura, por lo tanto, no solo es asumida por la ONU como tarea del gobierno, sino también<br />
como una tarea prioritaria de gobierno, capaz de definir el grado de desarrollo económico y social de<br />
un país 6 ”.<br />
Y añade, dejando claro cuál es el papel que el Estado debe jugar en esta compleja relación de fuerzas<br />
donde la formación del lector es lo esencial, aunque impedido casi siempre por las precarias<br />
condiciones de acceso a la lectura:<br />
“La lectura es, simultáneamente, un componente de lo que llamamos ciudadanía y un componente<br />
de lo que llamamos desarrollo. Para que cumpla su papel en estas dos áreas, es fundamental que los<br />
gobiernos construyan un ambiente favorable a su multiplicación, a su afirmación. Quien hace cultura<br />
es la sociedad, no es el Estado. Pero es responsabilidad del Estado –ya que eso es del más alto interés<br />
público– amplificar las posibilidades para la producción cultural y para la multiplicación de los canales<br />
de difusión y de las oportunidades de acceso 7 ”.<br />
LECTURA Y ESCRITURA Y LA INDISOCIABILIDAD ENTRE<br />
EDUCACIÓN Y CULTURA<br />
Establecidos los parámetros de la acción política y su imperiosa presencia para que se programen<br />
verdaderamente los planes nacionales de lectura y de escritura, trataremos ahora de reflexionar<br />
sobre cuáles serían los mejores caminos para que se haga efectiva esta voluntad y aspiración de<br />
los gobiernos y de la sociedad.<br />
La pregunta que se impone es: ¿de qué manera se conseguirán realizar todas esas tareas, que implican<br />
la formación de niños, jóvenes y adultos, si no es incluyendo de manera sólida la escuela,<br />
la familia, la comunidad y las manifestaciones culturales? En otras palabras, y de un modo afir-<br />
5<br />
Datos del CERLALC, 2008, disponible en: htpp://www.cerlalc.org.<br />
6<br />
Caderno del PNLL “Palavras do ministro da Cultura”, diciembre de 2006.<br />
7<br />
Ibíd.<br />
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