Lectura y bibliotecas escolares - OEI
Lectura y bibliotecas escolares - OEI
Lectura y bibliotecas escolares - OEI
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Elisa Bonilla<br />
tarde que a México, durante la II República, cuando se dio un gran impulso a la educación y la<br />
cultura, inédito hasta entonces en ese país. Se retomó la iniciativa de las Misiones Pedagógicas, en<br />
las que “misioneros” laicos, como Juan Vicens y María Moliner, colaboraban con el recién creado<br />
Servicio de Bibliotecas, fijas y circulantes.<br />
Entre 1931 y 1935 se crearon más de 5.000 <strong>bibliotecas</strong> populares en España, abarcando las zonas<br />
más desfavorecidas social y económicamente; también se multiplicaron los establecimientos <strong>escolares</strong>,<br />
logrando construir, en el primer bienio de gobierno, 13.570 escuelas, casi 2.500 más que<br />
las que la monarquía construyó a lo largo de tres décadas.<br />
Este impulso no tuvo continuidad en la posterior dictadura franquista, por lo que España quedó<br />
bastante a la zaga de otros países europeos comparables, en tamaño y situación económica, según<br />
muestra un estudio reciente (Marchesi y Miret, 2005), el cual revela que las <strong>bibliotecas</strong> <strong>escolares</strong><br />
españolas no alcanzan los estándares establecidos en 2002 por IFLA y UNESCO. Para revertir<br />
esta situación, se han tomado algunas medidas, como promulgar un ley que establece, entre otras<br />
cosas, que todos los centros de enseñanza dispondrán de una biblioteca escolar, las cuales serán<br />
dotadas de acervos de forma progresiva por las administraciones educativas (LOE, artículo 113).<br />
La puesta en marcha de las medidas que marca esta ley ha sido lenta y, como la distancia es grande,<br />
pasarán algunos años antes de que España alcance los estándares del contexto europeo en este<br />
renglón y se equipare con Francia, Inglaterra o los países escandinavos.<br />
LA FRAGILIDAD DE LAS BIBLIOTECAS ESCOLARES EN HISPANOAMÉRICA<br />
En suma, el impulso que estos precursores imprimieron a la creación de <strong>bibliotecas</strong> (públicas,<br />
populares y <strong>escolares</strong>) durante sus gestiones no es equiparable a la más bien poca atención que administraciones<br />
subsecuentes le han brindado en la mayoría de los países de habla hispana (quizá<br />
con la única excepción de Chile que, si bien no ha conseguido aún consolidar su política, sí lleva<br />
casi dos décadas haciendo esfuerzos sostenidos e integrales para desarrollar en cada escuela un<br />
“centro de recursos de aprendizaje”, como allí denominan a las <strong>bibliotecas</strong>).<br />
Si se hubiese mantenido el ritmo con el que se comenzó a desarrollar <strong>bibliotecas</strong> <strong>escolares</strong> en los<br />
diversos países y se hubiera entendido la necesidad de la continuidad y sostenimiento de estos<br />
esfuerzos, la situación en Hispanoamérica sería hoy muy distinta. Al menos no estaría en la situación<br />
de fragilidad en la que se encuentra actualmente.<br />
En contraste con otras naciones, principalmente de Europa y de América del Norte, en las cuales<br />
el establecimiento de <strong>bibliotecas</strong> <strong>escolares</strong> –para uso de los alumnos matriculados en las escuelas<br />
de educación obligatoria atendidas por el Estado– ha ocurrido de forma gradual, creciente<br />
y sostenida, en los países de habla hispana este proceso está plagado de discontinuidades: se ha<br />
dado de manera muy desigual, tanto en el tiempo como por la diversidad de modelos que se han<br />
adoptado, al interior de un país y entre países.<br />
Dichas discontinuidades han impedido que las políticas de creación y sostenimiento de <strong>bibliotecas</strong><br />
<strong>escolares</strong> logren consolidarse, con el consecuente desaprovechamiento de las cuantiosas<br />
inversiones que varios países de la región han realizado en algún momento de su historia reciente,<br />
incluso con el apoyo de organismos multilaterales. En los años ochenta, por ejemplo, la<br />
OEA impulsó el Proyecto Multinacional de Bibliotecas Escolares en Colombia, Costa Rica, Perú<br />
y Venezuela, del que hoy solo quedan vestigios (Robledo, 2008).<br />
97