Lectura y bibliotecas escolares - OEI
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¡Es posible! Reflexiones en torno a la biblioteca escolar<br />
la lectura obligada de cinco tomos de algún libro, incluso más si consideramos que es un acto de<br />
dedicación y afecto, algo que hace tanta falta en nuestra sociedad.<br />
La importancia de esta red iberoamericana viene dada por conocer qué está pasando con nuestros<br />
vecinos en cuanto a los avances en el mundo de las <strong>bibliotecas</strong> <strong>escolares</strong> y la lectura. Los logros<br />
de unos vienen a subsanar las debilidades de otros, creando una red de trabajo real en torno<br />
a mejorar la calidad de la educación de nuestros niños y jóvenes.<br />
Esta gestión conjunta es posible en la medida en que se logre la apertura del conocimiento, así<br />
como también la aceptación de nuestras debilidades que nos permita establecer un referente hacia<br />
el cual avanzar.<br />
¿Y VIVIERON FELICES?<br />
Las <strong>bibliotecas</strong> <strong>escolares</strong> CRA chilenas están consolidándose, de a poco, con objetivos claros y<br />
tareas concretas que asumir para seguir construyendo. La voluntad de hacerlas funcionar existe:<br />
no habría sido posible llegar a la situación actual si el programa no estuviera profundamente anclado<br />
en el espíritu de la reforma educativa. Su desarrollo no ha respondido a coyunturas sociales<br />
o políticas, sino a una decisión de Estado, que ha recorrido cuatro gobiernos y 10 ministros de la<br />
cartera durante 16 años consecutivos. La meta ha sido clara y consistente desde el inicio, esto es,<br />
cumplir que cada establecimiento educacional cuente con una biblioteca escolar de calidad.<br />
Como se ha mencionado anteriormente, lo importante es vencer los miedos ante esta labor que<br />
parece titánica y comenzar a trabajar, teniendo una visión de futuro estratégica que permita poner<br />
los acentos donde es debido. En este desarrollo de <strong>bibliotecas</strong> <strong>escolares</strong> no se puede establecer<br />
como punto de inicio la estructura legislativa, que puede convertirse fácilmente en letra muerta.<br />
Al contrario, hay que conformar una infraestructura básica donde germine la verdadera necesidad<br />
de una estructura formal.<br />
En otras palabras, en Chile hemos avanzado construyendo la necesidad de contar con una biblioteca<br />
escolar, enraizada en el mundo pedagógico. Esperamos que esa fuerza que nace desde la<br />
comunidad educativa permita construir la legalidad que les dará a las <strong>bibliotecas</strong> CRA la solidez y<br />
autonomía necesarias para su funcionamiento. El programa debe ir mostrando sus frutos, aunque<br />
estos sean muy lentos de visualizar. El desarrollo de las <strong>bibliotecas</strong> <strong>escolares</strong> lo hacen las personas,<br />
y son ellas quienes deben experimentar en carne propia la transformación que genera un espacio<br />
con libros y recursos vivos. Los proyectos educativos son a largo plazo y deben responder a los<br />
estándares internacionales, pero debemos comenzar trabajando hoy en sus cimientos de acuerdo<br />
a nuestra realidad.<br />
¡Es posible! Si Chile, un pequeño país, lo ha ido logrando, se puede decir con certeza que Iberoamérica<br />
como región logrará decir “y vivieron felices para siempre”. Las <strong>bibliotecas</strong> <strong>escolares</strong> son<br />
parte de las bases de la educación que necesitamos para formar naciones más democráticas, justas<br />
y tolerantes.<br />
“Los más acuden a una biblioteca por encontrarse a gentes de su credo o su clan, pero venimos, sin<br />
saberlo, a leer a todos y a aprender así algo muy precioso: a escuchar al contrario, a oírlo con generosidad<br />
y hasta a darle la razón a veces. Aquí se puede aprender la tolerancia hacia los pensamientos más<br />
contrastados con los nuestros” (Mistral en Quezada, 2002).<br />
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