Lectura y bibliotecas escolares - OEI
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Preámbulo<br />
<strong>Lectura</strong> y <strong>bibliotecas</strong> <strong>escolares</strong>: un objetivo<br />
estratégico para las políticas educativas<br />
y culturales<br />
Álvaro Marchesi<br />
Secretario general de la <strong>OEI</strong><br />
La sociedad de la información que se consolida y avanza de forma imparable abre grandes posibilidades<br />
de aprendizaje y de conocimiento, pero también suscita dudas y preocupaciones. Entre<br />
estas últimas, su impacto en las habilidades y los hábitos lectores de las nuevas generaciones,<br />
considerados ya nativos digitales, frente a aquellos que son aún inmigrantes digitales y que tal vez<br />
por ello mantienen el apego a la cultura escrita.<br />
Frente a estos temores, el dato incontestable es que son los jóvenes quienes más leen y que el<br />
tiempo de lectura es menor cuanto mayor es la franja de edad estudiada, lo que contradice la afirmación<br />
tantas veces repetida de que las generaciones pasadas eran las más aficionadas a los libros<br />
y a su lectura. Pero aunque estos temores sean infundados, hay que reconocer que la sociedad<br />
de la información plantea desafíos enormes al aprendizaje de los alumnos, a la forma de mejorar<br />
sus conocimientos y al papel que la lectura ocupa en la formación de las personas: para aprender,<br />
para vivir y para ser.<br />
Leer para aprender. La lectura facilita conocer otros mundos y otras realidades, encontrar nuevos<br />
sentidos e interpretaciones de la vida, de la cultura, de la sociedad y del mundo. La narración<br />
es una bella forma de pensamiento que ayuda a construir significados no solo de las ciencias<br />
sociales, sino también de las lógico-científicas. Leer permite explorar, descubrir, organizar los<br />
conocimientos y relacionar los diferentes esquemas mentales que actúan en muchas ocasiones<br />
alejados los unos de los otros. Un tiempo de lectura en cada una de las materias curriculares sería<br />
una buena estrategia para despertar el interés de los alumnos.<br />
Leer para vivir. La lectura permite conocer los sentimientos y las emociones de los otros, las relaciones<br />
establecidas, la fuerza de las pasiones, los riesgos de la vida y la búsqueda de soluciones<br />
ante los conflictos existentes. Los libros abren también a otras culturas que ofrecen formas de<br />
relación, normas y valores diferentes que obligan a situar en sus justos términos las normas y los<br />
valores de cada uno. La lectura es también una fuente de conocimiento de uno mismo al contemplarse<br />
y revivirse en los personajes y en las historias narradas. Los libros son fuente inagotable<br />
de experiencias que confrontan al lector con la historia de su vida, con sus propias tensiones,<br />
frustraciones y esperanzas.<br />
Leer para ser. La lectura no es solo un formidable ejercicio intelectual para ampliar los conocimientos<br />
y para adentrarse en las relaciones afectivas de las personas. También contribuye a en-<br />
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