Lectura y bibliotecas escolares - OEI
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Construir la escuela como comunidad de estudio<br />
generaciones y las clases acá… cada maestrito con su librito”; “lo que pasa que, bueno, que cada<br />
uno considera los contenidos de determinada manera y por ahí no difiere en el contenido en sí,<br />
pero sí en la forma en que el docente trabaja los contenidos”. Y la directora de la misma escuela<br />
nos dice: “Entre ellos se pasan (actividades), pero no nos van a venir a avisar a nosotros: ‘la maestra<br />
de 5.º del año pasado me dio tal cosa porque yo no sabía…’. Eso, ya te digo, a veces es muy<br />
íntimo, entonces nosotros no tenemos conocimiento”.<br />
Las respuestas de los directivos –similares a las que acabamos de citar– parecen revelar una preocupación<br />
pocas veces explicitada: ¿hasta qué punto una autoridad tiene derecho a intervenir<br />
sobre acciones que siempre han pertenecido al ámbito privado del docente?<br />
Sin embargo, encontramos –en estricta minoría, es cierto– dos escuelas que apuestan a constituirse<br />
como comunidades de estudio. Ambas atienden a población de sectores populares, una<br />
es de jornada completa (JC) y otra de jornada simple (JS). En la primera, la permanencia de los<br />
docentes en la escuela –ocho horas diarias– hace posible reservar espacios para el estudio compartido<br />
durante la jornada escolar 16 ; en la segunda, los encuentros presenciales son reducidos: los<br />
maestros de ambos turnos se reúnen una vez por semana (por un tiempo brevísimo) para discutir<br />
sobre problemas previamente planteados, los directivos sostienen sistemáticamente encuentros<br />
con los docentes de cada grado –hay dos secciones de cada uno–, el trabajo colectivo se intensifica<br />
en el período en que los maestros no están a cargo de niños 17 . En las dos escuelas, los directivos<br />
trabajan a menudo con los docentes en las aulas –lo cual es fuente de problematización de la<br />
enseñanza– y tienen un propósito común: el de mejorar constantemente la calidad educativa y<br />
sostener un proyecto de transformación a largo plazo. Sin embargo, este proyecto se concreta de<br />
maneras muy diferentes.<br />
En la escuela de jornada completa, el análisis compartido de la práctica es muy frecuente y se<br />
consulta permanentemente con especialistas de las didácticas específicas –priorizando diferentes<br />
áreas del conocimiento en diferentes períodos–. Al referirse al análisis de las clases 18 , la directora<br />
da un ejemplo: después de discutir acerca de la lectura y su tratamiento didáctico, se propone<br />
que los docentes se organicen por parejas para observarse mutuamente y registrar las clases; en<br />
una reunión posterior, “se traían los registros hechos entre ellas, el registro de la clase tal cual,<br />
sin ningún juicio de valor, simplemente como no podemos filmar la clase”. Fue posible despersonalizar<br />
el análisis: se comentaba el contenido, las intervenciones docentes y las reacciones de<br />
los niños, sin importar en qué grupo había sucedido aquello que era objeto de análisis. Por otra<br />
parte, en relación con las propuestas curriculares y las consultas a especialistas, subraya la autonomía<br />
institucional: solo adoptan las propuestas que comparten. Como es habitual, autonomía<br />
y posición autocrítica van de la mano: “A todas nos falta un montón –señala la directora– […]<br />
acá no llegamos nunca al punto máximo, pero estamos en el camino hacia ese lugar y vamos<br />
caminando”.<br />
16<br />
Sin embargo, estos espacios no existen en otras escuelas que también tienen jornada completa.<br />
17<br />
Esto sucede en el mes de febrero, cuando los maestros se reincorporan (después de las vacaciones)<br />
alrededor de veinte días antes que los alumnos. También se hacen algunas reuniones en diciembre.<br />
18<br />
La directora señala que comenzó a partir de la participación en un proyecto del Ministerio de Educación:<br />
“Fue una propuesta del Plan Social, pero se pagaban las jornadas, entonces había como un compromiso<br />
[…], porque además había que hacer los registros, había que mandarlos. Nos enganchamos mucho”.<br />
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