Lectura y bibliotecas escolares - OEI
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Mary Giraldo<br />
parables entre países, la <strong>OEI</strong> viene desarrollando estudios en Argentina, Brasil, Chile, México y<br />
Venezuela; sin embargo, los resultados aún no se encuentran disponibles. Portugal posee también<br />
su sistema de información, que permite conocer la situación de las <strong>bibliotecas</strong> <strong>escolares</strong> en términos<br />
de infraestructura, recursos y servicios.<br />
Los datos y las informaciones más recientes sobre la situación de las <strong>bibliotecas</strong> <strong>escolares</strong> en América<br />
Latina y el Caribe son los resultantes del sondeo realizado conjuntamente por el CERLALC<br />
y la <strong>OEI</strong> a los responsables nacionales de los programas en Argentina, Chile, Colombia, Costa<br />
Rica, México, Brasil y España. Constituyen, no obstante, un análisis de percepción, que ha servido<br />
como una primera aproximación para conocer el estado actual. Se encontró que ha habido<br />
importantes desarrollos que han contribuido a la consolidación de los programas de <strong>bibliotecas</strong><br />
<strong>escolares</strong> de Argentina, que son coordinados por el Ministerio de Educación a través de la Biblioteca<br />
Nacional del Maestro, y de Chile, a través del Ministerio de Educación.<br />
En Argentina, la nueva Ley de Educación (2006) establece la responsabilidad de las instituciones<br />
educativas de crear su biblioteca escolar. Asimismo ha promovido la creación de comunidades<br />
de aprendizaje y la gestión de las <strong>bibliotecas</strong> por maestros o bibliotecarios profesionales. En Chile<br />
se ha consolidado el modelo de centro de recursos para el aprendizaje. La biblioteca se gestiona<br />
a través de equipos de trabajo interdisciplinario constituidos por maestros y bibliotecarios. Este<br />
modelo les ha permitido una mayor articulación con los proyectos educativos institucionales y<br />
con el currículo, y se han desarrollado materiales de instrucción modular para la formación de los<br />
alumnos en el uso de la biblioteca y de la información.<br />
En otros países se han logrado algunos avances desde las entidades de nivel nacional, especialmente<br />
con programas de dotación bibliográfica para todas las instituciones educativas, aunque<br />
aún no han logrado su posicionamiento como política de Estado. Tal es el caso de México, a través<br />
de la Secretaría de Educación Pública, y de Brasil, a través del Ministerio de Educación. En Brasil,<br />
además, se vienen impulsando programas de formación de docentes y otros agentes de lectura.<br />
No obstante, lograr la transformación total de las <strong>bibliotecas</strong> será un gran reto para los gobiernos<br />
centrales y estatales de todos los países. En Perú, a través del Ministerio de Educación, se ha desarrollado<br />
un modelo de centro de recursos para el aprendizaje en secundaria, y desde la Biblioteca<br />
Nacional, rectora técnica de <strong>bibliotecas</strong>, se han desarrollado directrices para <strong>bibliotecas</strong> <strong>escolares</strong><br />
de primaria. No obstante, las limitaciones presupuestales han constituido un obstáculo para su<br />
implementación generalizada.<br />
En la mayoría de los centros educativos de los demás países se resalta la dificultad de concretar la<br />
función pedagógica de la biblioteca escolar. El bibliotecario y los docentes no desarrollan trabajo<br />
en equipo con estudiantes, docentes administradores ni padres de familia en la realización de la<br />
misión y valores del plantel, ni como apoyo a las metas del Proyecto Educativo Institucional. De<br />
otra parte, los recursos de la biblioteca no se conciben para ser usados en el momento mismo del<br />
aprendizaje ni para la planeación académica de los profesores o el enriquecimiento de la didáctica<br />
del aula. Si se hace, generalmente es en los programas de lenguaje y literatura solamente, de<br />
manera que se desaprovechan dichos recursos en la formación de competencias informativas y<br />
no se logra el desarrollo de una lectura crítica que lleve a estudiantes y docentes a la búsqueda de<br />
diversas fuentes, a indagar, enriquecer su vocabulario y conocer estrategias de búsqueda que les<br />
posibilite ampliar sus conocimientos y desarrollar el pensamiento crítico y reflexivo. El bibliotecario<br />
tampoco tiene claridad sobre lo que podría ser su trabajo de acompañamiento educativo.<br />
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