Lectura y bibliotecas escolares - OEI
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Teresa Colomer<br />
mentales, etc., es algo que aparece implícito en los programas, cuando la potencia de esas ideas<br />
merecería ser explicitada en las aulas, de modo que la imagen de un diálogo permanente de las<br />
obras entre sí y de las voces de la humanidad reflexionando sobre sí misma y sobre la realidad<br />
llevara a los jóvenes a sentir que la literatura tiene mucho que decir a los habitantes actuales. O<br />
bien sería mucho mejor abordar el estudio de las formas poéticas en relación con la respiración,<br />
el ritmo, la música, el habla… que como un juego caprichoso de estrofas. Y también resultaría<br />
de interés compartir la idea de que la mayoría de las grandes obras pueden entenderse de modos<br />
diversos, tanto desde la posición del lector, como, por ejemplo, según la perspectiva de distintas<br />
teorías interpretativas.<br />
El aprendizaje de la lengua y la literatura supone una interrelación evidente y hace tiempo que<br />
los currículos hicieron una clara apuesta por la fusión de su enseñanza. Sin embargo, en la<br />
práctica, ello parece haber tenido consecuencias claramente negativas para los aprendizajes literarios,<br />
especialmente en el momento de una explicitación y conceptualización mayor durante<br />
la etapa secundaria. Parece recomendable, pues, asegurar objetivos curriculares específicos que<br />
mantengan la presencia de actividades de literatura a lo largo de las etapas educativas, así como<br />
tal vez reservar un espacio curricular propio a la literatura en los últimos cursos de la etapa<br />
secundaria.<br />
Dentro de esta línea de clarificación y continuidad educativa, sería conveniente también establecer<br />
rutinas concretas de colaboración entre los cursos, ciclos y etapas en cuanto al seguimiento<br />
lector de los alumnos (por ejemplo, a través del traspaso de informes individuales de lectura,<br />
información y acuerdo sobre las lecturas colectivas de los ciclos y centros educativos en el paso<br />
de primaria a secundaria, etc.). Por otra parte, continúa siendo una realidad la poca coordinación<br />
entre las áreas de lengua en las áreas bilingües, la ausencia de textos literarios en la enseñanza<br />
de las lenguas extranjeras y la escasa presencia de la literatura universal. Si se quiere mejorar la<br />
educación literaria, parece ineludible proceder a una nueva articulación de los diferentes espacios<br />
curriculares en que debería producirse. Eso significa, por ejemplo, repartir y coordinar las<br />
lecturas, los contenidos y las actividades entre las distintas áreas de lengua, para rentabilizar al<br />
máximo el tiempo escolar que puede dedicarse a los aprendizajes literarios. La visión general<br />
del itinerario de aprendizaje supone también seleccionar textos que resulten apropiados para las<br />
diferentes funciones <strong>escolares</strong> (lectura autónoma, construcción compartida, lectura guiada, etc.)<br />
e incluso propiciar el consenso sobre un cierto corpus de textos a través de listas recomendadas,<br />
fomento de antologías <strong>escolares</strong>, etc.<br />
En cuanto a las orientaciones didácticas, se puede decir que en la actualidad coexisten diversos<br />
modelos de actuación que a menudo se superponen e interfieren de forma no deliberada. Nos<br />
encontramos así con que la literatura a veces se utiliza como simple punto de partida para los<br />
ejercicios de lengua; o bien sigue ordenadamente un hilo de exposición cronológica; existe solo<br />
como lectura libre; ofrece material para el debate de temas de tutoría; se trata básicamente en<br />
talleres de escritura creativa, etc. Probablemente, una de las razones de la marginación que acaba<br />
sufriendo la literatura en la programación es la pérdida de seguridad escolar sobre la manera de<br />
abordarla en el aula.<br />
El divorcio entre la sistematización de los saberes literarios y la lectura (o escritura) libre de los<br />
textos es una de las peores realidades en esa falta de articulación. Cabe recordar entonces que el<br />
aprendizaje escolar está centrado en el esfuerzo por la construcción personal de sentido. Se puede<br />
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