Biblioteca Fundamentos de la Construcción de Chile

m e d i c i n a p r e v e n t i va y m e d i c i n a dirigida-xxivprogramasy políticas que incrementaban la intervención del Estado en materiasanitaria– así lo corroboran.En el período en que la Caja del Seguro Obligatorio se organizaba y el paísenfrentaba una deplorable situación económica producto de los efectos de la DepresiónMundial, ya se contaba con un relativo consenso respecto de la necesariaparticipación del Estado en el ámbito de la salud. No obstante, como lo planteala historiadora María Elena Labra, la naturaleza y calidad de la intervención delEstado en materia sanitaria constituyó un elemento diferenciador de los proyectosideológicos –liberal, radical y socialista– que pugnaron por la conducción de las políticassociales desarrolladas entre 1920 y 1950 40 . El proyecto liberal-conservador,el proyecto socialista y el proyecto socialdemócrata nacieron antes de la SegundaGuerra Mundial, período en que el sistema médico asistencial debía privilegiar larecuperación de la fuerza laboral, y el capital humano era protegido y multiplicadopor el Estado. En la década de 1950 emergió el proyecto falangista que se inspiróen el modelo inglés de seguridad social creado en 1948.La orientación liberal-conservadora y la socialdemócrata, apoyadas por médicoscomo Eduardo Cruz-Coke, Julio Bustos y Manuel de Viado, respectivamente,sugerían la necesidad de aplicar modificaciones al sistema del Seguro Social que,en sentidos distintos, perfeccionarían la protección sanitaria y laboral de la clasetrabajadora. Los primeros apoyaban una mayor privatización del Seguro Social,aumentando la contribución de los individuos trabajadores al fondo de capitalizacióny limitando la función asistencial del Estado a los más pobres; la orientaciónsocial-demócrata argumentaba que era el Estado quien debía reemplazar a laBeneficencia en las funciones médico-asistenciales y previsionales resguardandola protección de los asalariados del mercado de trabajo formal; y, por último, lapropuesta socialista que apostaba por la implantación de un cambio estructural, larevolución socialista, que reemplazaría la institucionalidad sanitaria vigente por unproceso unificador de todos los organismos de salud.Según María E. Labra, fue entre la comunidad política de la izquierda chilenaque se intensificó el debate que vinculaba los problemas sanitarios con las condicionessocioeconómicas de la población más vulnerable en la década de 1930. Lapreocupación política y científica coincidían en el argumento de que las enfermedadestenían un origen socioambiental, por tanto, la institucionalidad sanitaria vigenteno tenía las herramientas suficientes para intervenir en esa materia. Sobre labase del examen de experiencias internacionales y de una nueva ola de reformismoprevisional y sanitario internacional, la comunidad chilena experimentaba, a juiciode María E. Labra, “una actualizada doctrina en medicina social”. Un ejemplo deeste impulso fue el Programa de Acción Médico Social presentado en 1939 por elmédico y ministro de Salubridad Salvador Allende, que proponía la unificación detodos los servicios de salud. Dicho proyecto reservaba para el Estado la principalresponsabilidad de valorar y proteger el capital humano y recogía algunos de losplaneamientos que Salvador Allende había presentado en la Primera Convención40Labra, op. cit., pp. 207-219.