iv. p o l í t i c a d e s u b s i dios y d e t r a b a j oQuiero so<strong>la</strong>mente mostrar el origen <strong>de</strong> un círculo vicioso que se establece apartir <strong>de</strong> estas consi<strong>de</strong>raciones y que <strong>la</strong> solución <strong>de</strong>l problema no se encuentra en<strong>la</strong> vía <strong>de</strong> suprimir el trabajo disminuyéndolo cada vez más, sino en <strong>la</strong> <strong>de</strong> re<strong>la</strong>cionarlocon <strong>la</strong> capacidad funcional <strong>de</strong> cada uno, <strong>de</strong> hacerlo entrar así en el or<strong>de</strong>n.Las encuestas nos han reve<strong>la</strong>do a este respecto que <strong>la</strong> disminución <strong>de</strong> <strong>la</strong> capacidad<strong>de</strong> trabajo <strong>de</strong>l obrero y <strong>de</strong>l empleado se produce, en una gran proporción <strong>de</strong> casos,por estados mórbidos creadores <strong>de</strong> un verda<strong>de</strong>ro círculo vicioso <strong>de</strong> don<strong>de</strong> el individuono pue<strong>de</strong> salir. Hemos constatado, por ejemplo, entre individuos que jamáshabían ido al dispensario y que no pensaban ir, un gran número que pa<strong>de</strong>cían <strong>de</strong>tuberculosis, afecciones circu<strong>la</strong>torias, sífilis, blenorragia, várices, etc. Nos remitimosa los resultados que antes hemos consignado (cuadros N° 2, Nº 3 y Nº 4).Proce<strong>de</strong>r a eliminar a tiempo estas causas <strong>de</strong> incapacidad re<strong>la</strong>tiva <strong>la</strong>tente quemás tar<strong>de</strong> van a producir perjuicios <strong>de</strong>finitivos es, pues, indispensable.Pero hay más todavía: según los principios que acabamos <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar, unindividuo pue<strong>de</strong> estar en situación <strong>de</strong> trabajar <strong>de</strong> una manera parcial, su capacidadpue<strong>de</strong> estar reducida a cinco horas, por ejemplo.Para él, ahora, dos graves alternativas se presentan: primero, <strong>la</strong> <strong>de</strong> trabajar,según los cánones propios <strong>de</strong> cada país, 8 horas en el nuestro, o, bien, no trabajarnada. En el primer caso, excediendo su capacidad se prepara una muerte prematura;en el segundo, <strong>la</strong> cesantía lo espera. En ambos casos pa<strong>de</strong>ce <strong>la</strong> familia; losniños así abandonados imponen al Estado el asilo y <strong>la</strong> asistencia <strong>de</strong> <strong>la</strong> niñez fuera<strong>de</strong> su vía natural, <strong>la</strong> familia.Más natural y económico aparece el camino <strong>de</strong> impedir el naufragio <strong>de</strong> <strong>la</strong> familiasosteniendo biológica y económicamente al padre, consiguiendo aprovecharal máximo su capacidad productora <strong>de</strong> trabajo.Pero para esto es necesario hacer previsión biológica antes que previsión financiera;reparar a tiempo el hombre-máquina para prolongar su vida útil y ponerloen condiciones <strong>de</strong> adaptar su trabajo a su capacidad, sobre todo, cuando estaadaptación va a significar, como en el caso <strong>de</strong> <strong>la</strong> tuberculosis y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s enfermeda<strong>de</strong>scardiocircu<strong>la</strong>torias, una recuperación cierta.Sabemos, en efecto, que una gran parte <strong>de</strong> los enfermos tuberculosos incipientespue<strong>de</strong>n ser tratados ambu<strong>la</strong>toriamente, siempre que su trabajo sea liviano, yque un reposo parcial con disminución <strong>de</strong> <strong>la</strong>s horas <strong>de</strong> trabajo permite a un cardiovascu<strong>la</strong>rprolongar su vida útil mucho más allá <strong>de</strong> lo previsto para un trabajoordinario, que para él es un trabajo forzado.Una política <strong>de</strong>l trabajo <strong>de</strong>be tomar en cuenta, en primer lugar, esta adaptación<strong>de</strong> <strong>la</strong> función a <strong>la</strong> obligación. De su <strong>de</strong>sequilibrio resulta a veces <strong>la</strong> enfermedady cuando ésta proviene <strong>de</strong> otras causas, precipita su evolución disminuyendoel rendimiento por vida humana.Dificulta<strong>de</strong>s <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n práctico parecen impedir <strong>la</strong> generalización <strong>de</strong> esta adaptacióna todo el trabajo humano; por eso el obrero se encuentra ante <strong>la</strong> alternativa<strong>de</strong> que hemos hab<strong>la</strong>do. No es imposible, sin embargo, establecer un sistema en queesta adaptación se haga sin perjuicio para <strong>la</strong> producción, sobre todo en re<strong>la</strong>cióncon los enfermos incipientes tuberculosos y cardiovascu<strong>la</strong>res.-33-
m e d i c i n a p r e v e n t i va y m e d i c i n a dirigidaHabría otra razón para apoyar <strong>la</strong> importancia <strong>de</strong> esta adaptación. El individuoque realiza un trabajo forzado re<strong>la</strong>tivo a su capacidad adapta su fisiologíaal medio <strong>de</strong> otra manera: su trabajo se hace más lento, <strong>la</strong> vida se <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>. Deaquí resulta una ten<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> <strong>la</strong> masa obrera a trabajar con <strong>la</strong> velocidad <strong>de</strong> aquélque trabaja menos, exactamente como en <strong>la</strong>s reacciones acop<strong>la</strong>das <strong>de</strong> <strong>la</strong> físicoquímica.Los patrones tendrían el mayor interés, si pensaran en ello, aun en eliminar,pagándoles el sa<strong>la</strong>rio, a los individuos, cuya velocidad <strong>de</strong> trabajo no alcanza ciertonivel. Lo hacen a veces, por lo <strong>de</strong>más, pero sin tomar en cuenta los intereses <strong>de</strong>loperario, olvidando que éstos y los propios, mirados en un p<strong>la</strong>no temporal másdi<strong>la</strong>tado, vienen a ser los mismos. Y es precisamente en ese p<strong>la</strong>no en el que ha <strong>de</strong>colocarse una política <strong>de</strong> Estado.Las pequeñas economías cerradas que miran sólo sus intereses muy particu<strong>la</strong>resy quieren que corran a cargo <strong>de</strong>l medio social los factores que pudieran molestar<strong>la</strong>,van produciendo alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s una masa <strong>de</strong> intereses contrarios a lossuyos que tar<strong>de</strong> o temprano <strong>la</strong>s ahoga, y <strong>la</strong>s mata como suce<strong>de</strong> con <strong>la</strong>s célu<strong>la</strong>s queen el organismo no disponen en su propio protop<strong>la</strong>sma con qué neutralizar susto xinas.Entre los fundamentos <strong>de</strong> una economía nacional como <strong>la</strong> nuestra se encuentranaquéllos que obligan a cada uno a realizar a tiempo <strong>la</strong> compensación <strong>de</strong> alguna<strong>de</strong>ficiencia para que éstas no lleguen a acumu<strong>la</strong>rse hasta constituir <strong>de</strong> por sífactores <strong>de</strong>cisivos y pesados en <strong>la</strong> marcha <strong>de</strong> una nación joven.En el próximo capítulo hab<strong>la</strong>remos <strong>de</strong> otra consecuencia que produce el trabajorealizado fuera <strong>de</strong> <strong>la</strong> capacidad individual <strong>de</strong> cada uno: <strong>la</strong> disminución <strong>de</strong> <strong>la</strong>sjornadas trabajadas por individuo cada año, que hemos l<strong>la</strong>mado pasividad transitoria,y que constituye un grave problema para <strong>la</strong> producción y el establecimiento<strong>de</strong> un justo sa<strong>la</strong>rio.-34-