Biblioteca Fundamentos de la Construcción de Chile

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a l i m e n ta c i ó n y p r e v i s i ó n biológica: l a p o l í t i c a m é d i c o -a s i s t e n c i a l...-xxviiinsuficientes.Asimismo, se requería estrechar la relación entre los servicios asistencialesy los servicios de medicina preventiva, para hacer efectivo el aislamientoobligatorio de los tuberculosos no recuperados que no recibían beneficios y queeran un foco infeccioso para sus familias. Finalmente, Salvador Allende sosteníaque era necesario fundar los organismos auxiliares –sanatorio, casa de reposo, bolsade trabajo– que había contemplado la ley y que en su ausencia hacían pocoviable la recuperación y reinserción de la clase trabajadora.La a l i m e n ta c i ó n d e l p u e b lo c h i l e n oDesde fines del siglo x i x, la preocupación por la alimentación del pueblo y la composiciónde la dieta familiar e infantil se transformaron en una preocupación médicaque reparaba en la necesidad de regular hábitos alimenticios muy arraigados, y secomprometía con el consumo de ciertos productos que los estudios nutricionalesde la época identificaban como necesarios y, en ocasiones, imprescindibles. Entreestos últimos el caso de la leche fue el más popular, en virtud de su estratégicoval or nutricional. Ensayos y monografías clamaban por el aseguramiento del consumolácteo entre embarazadas y nodrizas, por la promoción a toda costa del amamantamientomaterno lo más extenso posible y, en su ausencia, por asegurar lalactancia artificial, denominación que aludía al consumo de leche animal entre losrecién nacidos y los menores de edad.La comunidad médica había identificado en los albores del siglo x x a mujeresy niños como las principales “víctimas” de la explotación capitalista del período yplanteaba que la alimentación de la embarazada y del lactante eran la base de unapoblación acorde a los objetivos económicos que desafiaban al país. También losestudios científicos nacionales corroboraban que las enfermedades digestivas y lasrespiratorias, que padecían los lactantes en una alta proporción, se relacionabanrespectivamente con la incapacidad de la madre de amamantar de manera prolongadaa sus hijos, por tanto, con la ausencia de agentes inmunológicos presentes enforma privilegiada en la leche materna.Como se ha planteado en un artículo anterior, la preocupación médica por laalimentación adquirió nuevos matices con el cambio de siglo que serán determinantespara las políticas sanitarias a partir de la década de 1920. Uno de ellos fue lacrucial asociación entre salud y alimentación, ejes sustantivos para comprender lavisibilidad y crecimiento de la pobreza urbana y proletaria del Chile de la primeramitad del siglo x x. Las altas tasas de mortalidad y de morbilidad de la población engeneral, y de la población materno-infantil en particular, se vinculaban de manerasignificativa a estados fisiológicos vulnerables, a enfermedades congénitas, gastrointestinaleso enfermedades contagiosas como la tuberculosis que compartían orígenescomunes en una alimentación deficiente 45 .45María Soledad Zárate, “El licor de la vida. Lactancia y alimentación materno-infantil, Chile,1900-1950)”.
m e d i c i n a p r e v e n t i va y m e d i c i n a dirigidaPara enfrentar este diagnóstico, el estudio de los hábitos alimenticios de la poblacióntrabajadora y de la más pobre del país se incrementaron dando origen apublicaciones de médicos como Luis Calvo Mackenna, Julio Santa María, AuroraRodríguez, Salvador Allende y el propio Eduardo Cruz-Coke que, a nuestro juicio,en su conjunto fueron la expresión local de una preocupación ya consolidadainternacionalmente:“fruto de las disyuntivas del racionamiento alimenticio que se impuso en Europay Estados Unidos luego de la Gran Guerra, la ciencia de la nutrición –y la comprensión de la desnutrición como un severo estado fisiológico– estimuló la elaboraciónde estudios y estadísticas, y la aplicación de encuestas que sustentaban laformulación de políticas estatales dirigidas a incentivar la estratégica producción yconsumo de ciertos alimentos. Un proceso similar se dio en Latinoamérica pero conobjetivos distintos. En el caso de Chile, las políticas alimenticias emprendidas porel Estado buscaron recomponer el estado físico de las clases populares expoliadaspor el capitalismo industrial y fomentar el nacimiento de ciudadanos vigorosos ycomprometidos con una república pujante” 46 .En un estudio pionero, sostenía que la carencia de proteínas en la dieta de losinfantes chilenos era uno de los problemas más severos. Atento a la importanciade factores hereditarios como la historia alimenticia de la madre, abogó tambiénpor incrementar el consumo de carne en pos de la prevención de enfermedadescomo la tuberculosis infantil. Al dar a conocer los resultados de una encuesta aplicadaentre familias pobres de la capital a fines de la década de 1920, concluía queel consumo de leche por habitante no alcanzaba los cien gramos en promedio, encontraste con el alto consumo de trigo diario, lo que justificaba la intervención delproceso productivo del “licor vital” 47 .El Co n s e j o d e Al i m e n ta c i ó ny e l p l a n d e m e j o r a m i e n t o nutricional d e Ed u a r d o Cr u z-c o k eLas décadas de 1930 y 1940 fueron fructíferas en la publicación de diversos estudiosnacionales y estudios de investigadores extranjeros pero, sin duda, el de ma yorimpacto fue el estudio de Etienne Burnet y Carlo Dragoni, patrocinado por laSociedad de Naciones y realizado sobre la base de una encuesta aplicada en 1935 48 .En 1937, el propio Eduardo Cruz-Coke comentaba los aportes de este informe quecompletaba los estudios realizados por la Universidad de Chile, el Departamento46Zárate, “El licor...”, op. cit., p. 250.47Eduardo Cruz-Coke, “Los equilibrios alimenticios y la alimentación del pueblo chileno” (claseinaugural del curso de química fisiológica y patológica del año 1928), pp. 519-549.48En la Revista de Asistencia Social, tomo v i, correspondiente al año 1937, se publicaron interesantesestudios sobre alimentación popular, entre ellos, un extracto del informe de Etienne Burnet y CarloDra goni dirigido a la Liga de las Naciones y al gobierno chileno.-xxviii-
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