Biblioteca Fundamentos de la Construcción de Chile

a l i m e n ta c i ó n y p r e v i s i ó n biológica: l a p o l í t i c a m é d i c o -a s i s t e n c i a l...-xlvalrededorde un millón cuatrocientos mil asegurados, correspondientes a la totalidadde los activos del país que el Estado “tiene interés en curar y recuperar primero”.Pese al trabajo que realizaban organismos estatales y cajas de previsión socialdesde mediados de la década de 1920, los indicadores de morbilidad y mortalidadno descendieron de forma sustantiva en la década siguiente. Al aplicar exámenessistemáticos y encuestas en distintas poblaciones de asegurados, incluidos estudiantes,todos supuestamente sanos, lo que descubrió el equipo de Eduardo Cruz-Cokefue una alta tasa de morbilidad oculta concentrada en particular en tres enfermedades:la tuberculosis, la sífilis y el grupo de las enfermedades cardiovasculares.La acción médica y social anticipada podía tener efectos positivos en la mortalidaddel grupo pasivo –población entre cero y quince años– en especial entre lapoblación infantil, al intervenir en enfermedades como la TBC, la sífilis y enfermedadesagudas producidas por enfriamiento, las relacionadas con la digestión, lanutrición y la deficiente alimentación de la mujer embarazada y de la madre nodriza,y las indirectas como la debilidad congénita, la TBC y sífilis de los padres. Lacomunidad médica respaldaba con estudios desde fines de siglo x i x la existenciade estas tres enfermedades, particularmente, la TBC y la sífilis 90 .El estudio estadístico de Eduardo Cruz-Coke proponía que el conjunto de laspatologías de mayor impacto se ordenaban en los siguientes grupos. El grupo 1 eraatribuible a las enfermedades infecto-contagiosas y a algunas enfermedades profesionalesque representaban el 20% de la morbilidad y mortalidad, y que podían serintervenidas a través de una acción estatal tendiente a modificar causas exteriorescomo el saneamiento urbano, o con medidas profilácticas como la vacunación yla vigilancia de alimentos y medicamentos. No obstante la dispersión territorial,los bajos salarios y la “cultura individual” de la población chilena atentaba contralas escasas tareas que el Estado podía emprender contra la alta morbilidad de esaspatologías, entre ellas la TBC y la sífilis, logrando éxitos discretos sólo en el casodel tifus exantemático o algunas fiebres. En el grupo 2 estaban aquellas patologíasrelacionadas a desórdenes endocrinos, nutricionales o digestivos, enfermedadesque no representaban un problema importante para la vida y productividad del individuoadulto –estimación en la actualidad muy diferente– y que la acción estatalinfluía poco en sus índices de morbilidad y mortalidad. Y el grupo 3 correspondienteal de las enfermedades de evolución lenta, que “desbordan las posibilidadesde una medicina preventiva de tipo sanitario como las del primer grupo”, quedifícilmente podían ser atacadas en sus causas y que representaban más del 50%de morbilidad y mortalidad. En este grupo se encontraban enfermedades como latuberculosis pulmonar, la sífilis y las enfermedades cardiovasculares que podíanser atacadas de forma precoz, por tanto, eran patologías que el examen de saludque estipulaba la nueva ley podía detectar de forma temprana. Para la mejor aplicaciónde la Ley de Medicina Preventiva, al Estado le correspondía una “pesquisaoportuna” a través de la masificación del examen de salud:pp. 10-57.90Rafael Sagredo Baeza, “Nacer para morir, vivir para padecer. Los enfermos y sus patologías”,