NuestraIdentidad_GeorgeKnight
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Nuestra identidad / Origen y desarrollo<br />
segundo aposento del Santuario celestial. Hubo otros, como<br />
Emily C. Clemons, quien publicaba a mediados de 1845 un<br />
peri6dico con el sugestivo nombre de Hope Wíthín the Veíl [La<br />
esperanza dentro del veto]; tambien G. W Peavey, quien en<br />
1845 ensenaba que Jesus habfa "concluido con la obra tipificada<br />
por el ministerio diario que ejercfa antes del dfa decimo<br />
del septimo mes, y que aquel dfa de octubre habfa entrado al<br />
Lugar Santfsimo" (JS, 24 de abril de 1845, 55). Peavey senal6<br />
tambien una relaci6n entre Daniel 8: 14, Hebreos 9:23-24 y<br />
Levftico 16; y concuudd que el Lugar Santisimo del Santuario<br />
celestial necesitaba ser purificado mediante la sangre de Jesus<br />
en el dfa antitfpico de la expiacidn (JS, 7 de agosto de 1845,<br />
166). Crefa, sin embargo, que la purificaci6n del Santuario celestial<br />
se habfa llevado a cabo el 22 de octubre de 1844, mientras<br />
que Crosier y sus colegas consideraban que la expiacidn<br />
era un proceso inconcluso que habfa comenzado en aquella<br />
fecha. La interpretaci6n de Crosier serfa la que finalmente fue<br />
adoptada por el adventismo observador del sabado.<br />
Las primeras visiones de Elena Harmon (Elena G. de White<br />
despues de su matrimonio en 1846) tambien se referfan al tema<br />
del Santuario. Su primera visidn (diciembre de 1844) trataba<br />
acerca de la validez del movimiento del septimo mes<br />
(una creencia que ella habfa despertado [ver WLF, 22]), y no<br />
acerca del Santuario. Sin embargo, a principios de 1845 relatd<br />
otra visidn en la que dice: "Vi al Padre levantarse del trono,<br />
y en un carro de llamas entr6 en el tugar santfsimo, al interior<br />
del veto, y se sent6", al comienzo de la segunda fase del ministerio<br />
celestial de Jesus (ver PE 14, 15,54-56).<br />
Aun cuando esta visidn de Elena Harmon estaba en armonfa<br />
con las conclusiones bfbticas de Crosier y otros creyentes,<br />
debemos recordar que en aquel momento ella no tenfa ninguna<br />
autoridad en el adventismo. Ella no era conocida por la<br />
mayor parte de los participantes en el desarrollo de la teolo-