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CÚPULA DA AMÉRICA LATINA E DO CARIBE SOBRE INTEGRAÇÃO E DESENVOLVIMENTO - CALC
pero hace rato rompimos las cadenas. Claro, nos habían amordazado
nuevamente, nos habían atado de pies y manos. Estamos rompiendo esas
amarras, estamos rompiendo la mordaza, eso lo estamos haciendo y lo
continuaremos haciendo. Corte Penal.
Presidente Luiz Inácio Lula da Silva – Obrigado, companheiro Daniel
Ortega. Eu queria agora passar a palavra ao Presidente de Cuba, Raúl Castro.
Presidente Raúl Castro – Permítanme, en primer lugar, transmitir un
mensaje de amistad de mis compatriotas al fraterno pueblo brasileño. Al saludar
a los líderes de nuestra región, les ratifico el agradecimiento de todos los
cubanos por la ayuda y la solidaridad recibidas, ante los cuantiosos daños
causados por los tres huracanes que recientemente azotaron a nuestro país.
Estimados amigos, el camino recorrido hasta aquí ha sido largo y difícil.
Reunir por primera vez a los mandatarios de América Latina y el Caribe en un
foro de nobles y justas pretensiones, sin exclusiones, ni la presencia de países
extrarregionales, tiene incuestionable trascendencia.
Apreciamos que las condiciones son propicias para que esta magna cita
sea el inicio de un proceso de extraordinaria significación estratégica para los
destinos de nuestra región, en un mundo con escasas posibilidades para el
accionar aislado, ajeno a los desafíos comunes que nos impone, de modo
decisivo, la globalización. No me refiero al modelo neoliberal de ésta, que se
propone realmente una globocolonización, sino a la construcción de la
imprescindible globalización de la solidaridad.
El reto principal resulta pasar paulatinamente de las palabras a los hechos.
Las acciones integradoras que se adopten en esta Cumbre, además de su
sentido práctico, deben estar guiadas por la cooperación entre nuestros
pueblos.
Resulta esencial que esta Cumbre tenga seguimiento, que esta promisoria
iniciativa no se reduzca a la oportunidad de vernos e intercambiar en esta
ocasión.
Antes de declararse la crisis económica global en curso, nuestros pueblos
ya habían acumulado la experiencia histórica de la explotación y el
subdesarrollo expresados, sucintamente, en la desigualdad del ingreso, la
injusticia social, el hambre, el analfabetismo, la precariedad en la atención de
salud, la explotación de los recursos naturales y las consecuencias de una
insuficiente infraestructura económica y social.
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