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h i s to r i a f í s i c a y p o l í t i c a d e c h i l e
Concha espesa, oval, globulosa, ordinariamente lisa o estriada transversalmente,
raramente tuberculosa. Abertura grande, oval, escotada en su base, algunas
veces prolongada en un canalito, columela lisa, aplastada; borde derecho muy
espeso, provisto en su base de un diente cónico más o menos levantado, inserto
en el espesor del mismo borde y dejando su traza en la faz externa de la concha
por un surco transverso situado en la base de la última rosca. Opérculo córneo, de
lamelas imbricadas y de vértices marginales medianos.
El animal de los unicornios es semejante al de las púrpuras. La mayor parte de los
autores reúnen en el día estos dos géneros y distinguen apenas el unicornio como
una simple división de la púrpuras. Sin dejar de reconocer las numerosas relaciones
que unen las primeras a los segundos, creemos que el género unicornio puede
ser útilmente conservado, pues reúne especies que forman un grupo sumamente
natural, y que pueden ser fácilmente distinguidas por un carácter común que se
puede apreciar sin dificultad; queremos decir el diente cónico que se observa en
la base del borde derecho, el cual siempre deja su traza por un surco transverso
situado en la parte inferior de la última rosca. La objeción principal que se puede
hacer uso para contestar el valor de este carácter fue sacada de un diente semejante
en especies pertenecientes a otros géneros; pero no se ha dado atención a que
estos dientes pueden presentarse con dos condiciones muy diferentes y que por
consiguiente son de dos naturalezas; los unos, en efecto son persistentes y siempre
dejan sus trazas por un surco, lo cual es el caso del género de que tratamos; los
otros, al contrario, son solamente superficiales, no internados y no pareciendo en
el borde derecho más que cuando la abertura está completa. Se comprende, en
tal caso, que pueden presentarse en géneros muy diferentes con el mismo título
que tubérculos, callosidades y otras eminencias formados por el depósito vidrioso
y que no se toman de ningún modo en cuenta en la característica de los géneros,
pero las especies que están provistas de ellos, están suficientemente caracterizadas
por otra parte en cuanto pertenecen a tal o tal género; así por ejemplo, las especies
que con un diente en el borde derecho, llevan varices en las roscas de espira,
deben por este último carácter pertenecer a los roqueros; lo mismo sucede con
las que, con el diente, llevan en la columela pliegues transversos. Es evidente
que deben ser contraídas al género turbinelo, puesto que este está suficientemente
distinguido por este carácter; y así del mismo modo para todas las especies que
acumulan en cierto modo diferentes caracteres de valor genérico. Además hay
otra consideración que también puede servir de guía en esta apreciación, a saber,
el conjunto de los caracteres, es decir el facies. Pues bien, se puede decir que en
general los unicornios tienen uno particular y lo deben a su mucho espesor, a su
estructura densa, al estado liso o levemente estriado de su superficie y en fin a su
forma corta y globulosa. Todas estas particularidades son otros tantos caracteres
secundarios que se pueden tomar fácilmente en cuenta y que es importante el
apreciar. En fin, bajo el aspecto particular de esta tarea, hay una observación que
no carece de valor y que sobre todo nos ha parado y es que la mayor parte de
las especies conocidas actualmente son americanas y por decirlo así, chilenas. En
efecto, en las costas de Chile es en donde se encuentran las más grandes especies
y en las cuales los caracteres del género están mejor expresados, sobre todo si se
toman en cuenta los fósiles que más adelante daremos a conocer, provenientes
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