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z o o l o G í a – z o o F i t o s – a m o r F o z o a r i o s
fauna puede contener algunos yerros y sobre todo omisiones; ¿pero cuáles son las
obras de esta naturaleza en donde no se noten estos mismos defectos, aún cuando
se trate de países perfectamente explorados y conocidos?
Asegurémoslo sin temor; tal cual la presentamos a nuestros lectores, esta
Fauna es una de las más completas de cuantas han sido dadas a luz sobre diversos
países de ambos mundos, y también podemos añadir, que pocos de dichos países,
inclusos los más conocidos de la antigua Europa, pueden ofrecer una que le sea
muy superior en su conjunto y uniformidad, bien que a nuestra llegada a Chile,
en 1829, la zoología de aquella república fuese desconocida o más o menos. En
efecto, en aquella época, pocos viajeros habían visitado aquellas tierras, y todo lo
que se sabía de su fauna se reducía a lo escrito por Molina en su Historia natural
de Chile, obra ciertamente excelente y que siempre honrará mucho a aquel ilustre
chileno, pero en el día, no puede menos de resentirse, de los que era la ciencia en
aquellos tiempos y del aislamiento del autor. Por lo mismo no es de extrañar que la
mayoría de las veces haya mal calificado y aún también descrito imperfectamente
los objetos, en terminos de dejarlos casi desconocidos, bien que el número de
ellos, que no pasa de 104, sean tan limitado como es extenso el de los que hemos
descrito nosotros, el cual se eleva a 3,110; y aun se ha de notar que no pudiendo
salir de los límites que nos habían sido trazados, hemos tenido que renunciar por
fuerza a servinos de otras muchísimas descripciones y de diseños hechos en los
sitios mismos, ambos relativos a una infinidad de acarídeos, anélidos, nemertinas y
de otros muchos animales de la grande clase de los gusanos que nosotros mismos
hemos cosechado abundantemente en los arenales y entre piedras y plantas
marinas de las provincias del Sur, y en particular de la isla de Chiloé; todos los
cuales quedan suprimidos. Al vernos condenados a tan lastimosas supresiones, no
nos queda más consuelo que el de recomendar estas clases, las de los moluscos,
zoofitos y algunos órdenes de insectos, al talento y al estudio de los zoólogos de
Chile, que seguramente harán en ellos numerosos descubrimientos para completar
esta fauna, monumento digno del alto rango que principia a ocupar Chile en todos
los ramos de la civilización.
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