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z o o l o G í a – m o l u s c o s - c i r r o B r a n q u i o s. viii. m a c t r á c e a s
ciertas especies que han sido colocadas de un modo más o menos arbitrario en uno
o en el otro de estos dos géneros. Las especies, poco numerosas, habitan casi todos
los mares, pero parecen más abundantes en las temperadas. Todas las conocidas
de Chile son fósiles.
1. Lutraria cuneiformis †
(Atlas zoológico. Conquiliología, lám. 6, fig. 8)
L. testa elongato-transversa, cuneata, inaequilatera, latere antico breviori, latiori et tumidiori;
postico attenuato, extremitate rotundato, umbonibus proeminentibus, subangulatis.
Concha alargada, transversa, cuneiforme, inequilateral; el costado anterior o
bucal más corto, pero más ancho y más hinchado; el posterior ligeramente sinuoso
al nivel de los ganchos y atenuado hacia el extremo posterior, en donde es redondeado;
el borde inferior es feblemente convexo; los ganchos son prominentes y un
poco triangulares. La superficie externa es lisa o simplemente marcada de estrías
concéntricas pliciformes.
Dimensiones: ancho, 1 pulgada 10 líneas y ½; alto, 11 líneas y ¼.
Habita fósil la molasa de la isla Quiriquina.
iii. me s o d e s ma - me s o d e s ma
Testa ovalis, transversa seu triangularis, crassa aequivalvis. Cardo fossula cochleari angusta,
mediana, ligamentum internum recipiente; in utroque latere, dente unico, oblongo.
me s o d e s ma Deshayes, etcétera.
Concha oval, transversa o triangular, espesa, equivalva y cerrada. Charnela
teniendo un hoyuelo o cucharón estrecho y mediano para recibir el ligamento que
es interior; de cada lado existe un diente oblongo y sencillo.
El animal de las mesodesma es oval o subtrigono comprimido; los lóbulos de su
manto están reunidos en los dos tercios posteriores de su longitud y a la parte
anterior, dan tránsito a un pie muy aplastado cuadrangular; por atrás se prolonga
en un tubo corto, compuesto de los dos sifones abrazados uno al otro en toda su
longitud. Las branquias son cortas, truncadas y sencillas; el par externo es más
pequeño y subredondeado. El género había sido, en cierto modo, presentido por
Lamarck ya en 1810, pues se halla en el extracto de su curso, bajo el nombre de
do nacilla, un corte genérico que corresponde más o menos a este de que hablamos.
Este autor lo había establecido para una especie mediterránea que puso después
en su género amfidesma bajo el nombre de Amfidem donacilla. Mucho después,
M. Deshayes creó el género mesodesma para especies confundidas ya con las
crassa tellas, ya con las mactras y las amfidesma y la especie del Mediterráneo
vi no naturalmente a colocarse en ellas. Las especies son aún poco numerosas y
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