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Benito Perez Galdos - Fortunata y Jacinta - v1.0

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uno por su lado, beberemos los vientos para<br />

impedir que le plantifiquen en las islas Marianas".<br />

Vistiose el joven a toda prisa, y doña<br />

Lupe, en tanto, dispuso que no se hiciese<br />

almuerzo en la cocina de <strong>Fortunata</strong>, y que<br />

esta y su marido almorzaran con ella, para<br />

estar de este modo reunidos en día de tanto<br />

trajín. Maxi salió después de desayunarse,<br />

[389] y su mujer y su tía se fueron a la otra<br />

casa. Por el camino, doña Lupe decía: "Es<br />

lástima que Nicolás se haya ido a Toledo<br />

hace dos días, pues si estuviera aquí, él daría<br />

pasos por su hermano, y con seguridad le<br />

sacaría hoy mismo de la cárcel, porque los<br />

curas son los que más conspiran y los que<br />

más pueden con el Gobierno… Ellos la arman,<br />

y luego se dan buena maña para atarles<br />

las manos a los ministros cuando tocan a<br />

castigar. Así está el país que es un dolor…<br />

todo tan perdido… ¡Hay más miseria…!, y las<br />

patatas a seis reales arroba, cosa que no se<br />

ha visto nunca".

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